La asociación Amappace solicita una auditoría externa de sus cuentas

La presidenta de la Asociación Malagueña de Paralíticos Cerebrales (Amappace), Mercedes Castro, ha encargado una auditoría externa de las cuentas de la entidad con el fin comprobar si las quejas de familiares de enfermos sobre presuntas irregularidades económicas en la gestión de la residencia para paralíticos cerebrales que la asociación posee en Málaga tienen fundamento. La asociación ha nombrado también un nuevo gerente, Francisco Gallego, en sustitución de José Colomina, encarcelado desde junio por presuntos abusos sexuales.

Parte perjudicada

Amappace lucha por recuperar la normalidad después del golpe sufrido tras el encarcelamiento del anterior gerente, José Colomina Llorens, por la denuncia de una joven tetrapléjica de 20 años por agresiones sexuales. A esta denuncia le siguieron otras cinco, de familiares de enfermos ingresados en la residencia para paralíticos cerebrales gravemente afectados, en las que se denunciaban malos tratos, desatenciones e irregularidades económicas de las que se acusa a Colomina y a otros tres trabajadores.

Poder notarial

Amappace está personada como parte gravemente perjudicada en el sumario que actualmente se instruye en el Juzgado de Instrucción número 1 de Málaga, si bien aún no ha tenido acceso a las denuncias porque el juez ha decidido mantener en secreto la investigación. Sin embargo, aunque en público ha optado por la prudencia, Amappace ha tomado medidas para desvincular a Colomina (encarcelado preventivamente desde el 9 de junio) de la asociación, y llevar a cabo una investigación interna. Colomina, que fue suspendido de empleo y sueldo tras su detención, ha sido sustituido en la gerencia por Francisco Gallego, un gerente joven y sin vinculación personal con la asociación -su antecesor es socio porque tiene un hijo con parálisis cerebral-, siguiendo también el criterio de la Delegación de Asuntos Sociales de la Junta en Málaga, que también ha abierto un expediente informativo.

Castro recibió el apoyo de la asociación para mantenerse en la presidencia hasta que culmine el proceso de reorganización, aunque ha anunciado su intención de dimitir una vez que finalice la crisis. La presidenta se ha mostrado "consternada y perpleja" por la cascada de denuncias y quejas. "En la junta directiva jamás habíamos tenido noticias de irregularidades de ningún tipo. De haber sido así, habríamos actuado inmediatamente", comentó a este periódico.

Una de las claves del desconocimiento por parte de la asociación de las posibles irregularidades cometidas por su gerente es la amplia autonomía de que éste gozaba. Colomina, que llevaba 20 años al frente de la gerencia de Amappace, era también director de la residencia y el centro de día, y gozaba de plenos poderes en el plano económico merced a un poder notarial otorgado por el primer presidente de la asociación, Jesús Lavín, que Castro revocó en junio. Este poder le daba acceso no sólo a todas las cuentas de la asociación, sino también a las pensiones de muchos de los enfermos. La presidenta de Amappace asegura también que la junta directiva "jamás" ha detectado nada extraño en las cuentas de la entidad.