Demasiados tiros

La versión oficial del suceso de Sanlúcar de Barrameda le echa la culpa a la fatalidad, a un tropezón del agente que acabó con una bala perdida que mató a un hombre. Sin embargo, lo que no se explica es qué hacía un agente de policía disparando al aire en una zona habitada y para detener a un presunto ladrón.Desde la propia policía, a título personal, varios agentes consideran desproporcionada la reacción ante el supuesto intento de escapada de Díaz Romero. Éste era un delincuente habitual de la zona que, debido a su toxicomanía, robaba con bastante asiduidad para poder pagarse las dosis de droga, afirma la policía. Se le buscaba por un delito de robo y otro de hurto y cuando vio a la policía intentó escapar saltando por la ventana. Entonces fue cuando el agente disparó al aire en al menos en dos ocasiones y posteriormente, según la versión oficial, se tropezó y se le disparó la pistola o, según varios vecinos, tiró a matar.

Los disparos al aire son algo muy frecuente en las películas, pero las normas del Cuerpo Nacional de Policía son muy estrictas en este sentido y por cada tiro que sale de un arma se abre un expediente y si hubiera lugar una investigación. Por eso choca tanto que este agente, al que en la Huerta de San Cayetano le conocían como El Catalán, sacara la pistola y disparara en varias ocasiones.

El agente está actualmente suspendido y a disposición del juez y se le ha abierto un expediente. El resultado de la investigación judicial es vinculante. Tanto si se considera que todo fue un accidente -un homicidio imprudente- o un asesinato, el futuro de este agente en el Cuerpo Nacional de Policía parece bastante oscuro.

En un intento de explicar los inexplicable, algunos agentes aseguran que el policía pudo perder la calma precisamente porque se trataba de Patano, un joven muy conocido por sus delitos. Los caminos de ambos se habían cruzado en numerosas ocasiones y el intento de huida del presunto delincuente se pudo convertir en una cuestión personal. El juez dirá si fue algo intolerablemente imprudente o un asesinato.