Cotino tilda de "fortuito" el disparo de un agente que mató a un hombre en Sanlúcar de Barrameda

La autopsia ha dejado claro que José Díaz Romero, Patano, de 33 años, falleció tras recibir un disparo que le penetró por la espalda y le llegó hasta el corazón. El director general de la Policía, Juan Cotino, aseguró ayer que el disparo efectuado por un agente mientras perseguía al ahora fallecido en una plaza de Sanlúcar de Barrameda el pasado miércoles fue "fortuito". La versión oficial insiste en la mala fortuna, mientras que los vecinos del barrio insisten en que el agente disparó con toda la intención de matar y que además lo hizo en una zona por la que transitaba mucha gente.

Casquillos y vídeo

Los vecinos del barrio de la Huerta de San Cayetano aseguraban que el joven había recibido varios impactos y que el agente disparó a matar. Por su parte, la Subdelegación del Gobierno en Cádiz insiste en que el policía intentó atrapar a Patano y disparó al aire en un par de ocasiones cuando éste intentó escapar. Según la versión oficial, el agente perdió el equilibrio y se le disparó el arma de manera accidental. Precisamente esa bala disparada de manera fortuita, siempre según la versión oficial, fue la que acabó con la vida del joven delincuente habitual y toxicómano. Un informe oficial habla de erosiones y magulladuras en el cuerpo del agente, supuestamente fruto de la caída en la que también supuestamente se disparó el arma.Sin embargo, en el barrio donde sucedió el tiroteo y donde residía el ahora difunto nadie se cree esta hipótesis e insisten en que el agente del Cuerpo Nacional de Policía disparó intencionadamente contra Díaz Romero y en varias ocasiones. En un primer momento, algunos vecinos aseguraron haber presenciado el tiroteo y que Díaz Romero había recibido varios impactos. El resultado de la autopsia desbarata estas versiones, pero aún queda mucho por explicar sobre los disparos. Unas versiones hablan de tres y otras de cuatro. La investigación el juez Sergio Escalona deberá aclarar todos estos puntos.

En la mañana de ayer, poco después del entierro de Patano, los vecinos se reunían en corrillos frente a sus domicilios en el humilde barrio de la parte alta de Sanlúcar de Barrameda. Algunos hablan de que han recogido y tienen a buen recaudo al menos tres casquillos salidos del arma del citado agente. También citan la existencia de un vídeo en el que, si bien no se recogen los disparos, al parecer sí se comprueba que Díaz Romero murió en el acto y por lo tanto un juez debía de haber levantado el cadáver en vez de ser trasladado a un hospital. Miembros de la asociación de vecinos Cruz de Mayo aseguran que estos objetos serán entregados al juez que lleva la causa, aunque, por el momento, no se ha producido tal entrega.Los habitantes del barrio no dudaron el pasado miércoles en salir a la calle para protestar por lo que a su juicio es un asesinato sin paliativos. El barrio de la Huerta de San Cayetano es uno de los más conflictivos de Sanlúcar de Barrameda y no son infrecuentes las escenas de robos, debido principalmente a los numerosos toxicómanos que allí residen. Hace tres años, los vecinos de esta barriada de viviendas sociales construida hace aproximadamente una docena de años se unieron para pedir un mayor esfuerzo policial en la lucha contra el tráfico de drogas en sus calles. La muerte a tiros de Díaz Romero ha vuelto a unir a los vecinos que piden un castigo ejemplar para el agente que se atrevió a sacar la pistola y a disparar cuando había decenas de personas, entre ellas muchos niños, en los alrededores.

Después de los incidentes violentos de la noche del miércoles y la manifestación pacífica del pasado jueves, el entierro del joven motivó que ayer varios vecinos se presentaran en el Ayuntamiento para pedir que el alcalde, Juan Rodríguez, del Partido Popular, o alguno de sus concejales se pase por el barrio y que se reúna con los representantes vecinales para analizar la situación. Rodríguez tan sólo se ha dirigido a los parientes del fallecido a través de los medios de comunicación locales.

Las asociaciones vecinales están a la espera de que se les notifique una nueva fecha para seguir con sus protestas sobre este incidente. Uno de los mayores temores es que descienda la intensidad de la vigilancia policial por sus calles. Ayer, un grupo de mujeres se lamentaba de que la patrulla de la policía que solía estar casi permanentemente en el barrio, no ha aparecido desde que tuviera lugar el tiroteo el pasado miércoles.