McCourt recomienda enseñar 30 años antes de escribir un 'best seller'
El autor de 'Las cenizas de Ángela' promociona su obra en España
El autor de Las cenizas de Ángela, una autobiografía en la que descendió al fondo de la pobreza que vivió de niño, y que le lanzó al estrellato de adulto, dijo ayer que la pobreza no le sirve de nada a nadie: "No hay que ser pobre para ser artista", declaró Frank McCourt en El Escorial. A una pregunta sobre la clave de su éxito, al que se somete amablemente, dijo: "Dedícate a enseñar 30 años y escribe un best seller".
A sus 70 años, este afable profesor jubilado de Literatura, simpático y de ojos atentos, se somete a la gran expectación que despierta con gran sentido del humor; el mismo recurso con el que redimió el horror de la miseria que vivió de niño en Irlanda y que aplicó al escribir su terrible autobiografía: Las cenizas de Ángela (1996), traducida a 26 idiomas, y su segunda parte, Lo es (1999), ambas editadas por Maeva.Estos días, FranK McCourt (Nueva York, 1930) se va a someter a un maratón frenético en España para promocionar su obra, aunque poca falta le haga, pues del primer libro ha vendido más de un millón de ejemplares y del segundo unos 300.000. Ayer participó en el curso Un idioma, mil novelas, que se celebra en El Escorial, y posó casi una hora; hoy le entregan en Madrid el premio de los lectores de Crisol, y el viernes reabre las puertas de la Fnac, cerrada tras el atentado de ETA la semana pasada.
La vida de Frank McCourt es la de un superviviente que llegó con tres años a Irlanda y con 19 vuelve a la tierra de promisión, EE UU. Allí logró ser profesor, y eso que tuvo que dejar la escuela con trece años. De esa penuria de niño dijo ayer que la peor parte, "y que nadie la comenta", es cómo te impide crecer. "La Iglesia nos decía que ser pobres era bueno, que iríamos al cielo, y nosotros no queríamos ir a ningún cielo, queríamos comida y ropa para nuestra autoestima, porque los zapatos rotos nos golpeaban mucho la autoestima. Sentíamos ira todo el tiempo, y simplemente sobrevivimos porque éramos tozudos". Aclaró que un inmigrante como él tuvo una ventaja sobre los muchos que hoy entran en EE UU: "Era legal y hablaba inglés".
Sobre su fulgurante éxito, con el que nunca contó, considera que le ha llegado muy tarde, ("eres profesor y eres un don nadie") y que una de sus consecuencias más gratas es el dinero.
Está satisfecho con la adaptación al cine de Las cenizas de Ángela por Alan Parker y ahora se enfrenta a su primera novela, que tratará sobre algo que, según él, nadie escribe: "Sobre el misterio de ser profesor" y ponerse delante de 150 adolescentes locos, "que van a por ti".
Babelia
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