Clinton vuelve a reunirse con Barak y Arafat y les pide que intensifiquen sus esfuerzos
Los negociadores palestinos e israelíes ni siquiera están de acuerdo en la valoración del diálogo que mantienen en Camp David desde el martes pasado. Fuentes de la delegación palestina mostraron un súbito optimismo sólo obstaculizado por el debate sobre la soberanía de Jerusalén; el equipo israelí transmitió la sensación contraria y aseguró que no ve un posible acuerdo en el horizonte. Al menos todos parecen dispuestos a prolongar la cumbre el tiempo necesario. En la noche del sábado, Bill Clinton volvió a mantener una reunión con Ehud Barak y Yasir Arafat, acompañados por miembros de sus delegaciones.
De la cena, como siempre, sólo se conoce el menú y la cordialidad del clima en el que se consumió: "Las cenas siempre han sido positivas", dijo un lacónico portavoz de la Casa Blanca. En el día de ayer el equipo diplomático estadounidense esperaba una reactivación de las negociaciones después de dos días de contactos superficiales por respeto a las obligaciones religiosas de los invitados. Su portavoz, Joe Lockhart, aseguró que en la residencia presidencial "todo el mundo es consciente del calendario y entienden que hace falta intensificar los esfuerzos". Aunque Clinton tenía previsto abandonar EE UU el miércoles, el lento avance del diálogo sólo permite usar esa fecha como una manera más de presión. Ni la Casa Blanca ni las delegaciones muestran ninguna esperanza en que el hipotético acuerdo llegue antes. El equipo de Arafat aseguró que el dirigente palestino no tenía ningún inconveniente en permanecer en Camp David hasta dentro de 10 ó 12 días; Barak comentó a periodistas israelíes que estaba dispuesto a permanecer hasta un mes negociando la paz con los palestinos en EE UU.
De nuevo la información había que buscarla lejos de Camp David. Hasta allí llegaron las declaraciones del ministro de Exteriores israelí, David Levy (que renunció a acompañar a Barak a EE UU): "Estoy preocupado. La situación allí no es nada sencilla, y no hay ningún síntoma de que se acorten las diferencias".
Sin embargo, la delegación palestina aseguró que se había avanzado lo suficiente como para empezar a pensar en un posible acuerdo básico en cuestión de días. Para Levy, esa apreciación optimista "carece de fundamento".
Entremedias del bloqueo informativo, algunos negociadores palestinos han transmitido la idea de que ellos han aportado ya la máxima flexibilidad posible y que son ahora los israelíes los que deben ceder en las materias más conflictivas. Como estaba previsto, Jerusalén y los refugiados son la base de los mayores desencuentros, aunque al menos empiezan a circular mapas con propuestas de reparto de la capital. Según esta delegación, la Casa Blanca no esconde su interés por poder hacer el anuncio de un acuerdo -aunque sea precario- el miércoles por la mañana, con tiempo suficiente para que Clinton lo presente sin tener que cancelar su viaje a Japón.
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