Pauloba y el toreo de capa
La tarde fue calurosa. Los toros de Alonso Moreno, flojos y de poca casta, por decir algo, pues de bravos tuvieron poco. Seriedad en su presencia, embestidas cicateras y fuerzas, lo que se dice motor, empuje, recorrido y temperamento cabal de toro encastado, para nada. Los tendidos estaban salpicados de turistas y, en ciertas ocasiones se escuchaban gritos y silbidos a destiempo, inverosímiles. O sea, es verano y estamos en Las Ventas. Pero salió Luis de Pauloba, cogió el capote y nuestros ojos pudieron contemplar el toreo a la verónica en estado puro. Brisa, empaque y hondura. Al arte sin más le ponen de nombre Pauloba.Interpretó el toreo de capa en toda su verdad el diestro de Alnazcóllar en sus dos toros titulares. A su segundo lo devolvieron al corral después de haber explicado con el percal cómo se mece el lance en tres tiempos, con aroma de toreo grande. Por los tendidos salían voces que hablaban de injusticias y que pedían ver al torero en los ruedos muchas tardes durante la temporada. El arte es patrimonio de la humanidad.
Alonso / Galán, Pauloba, Ramos
Toros de Alonso Moreno de la Cova, bien presentados en general, flojos, bajos de casta, que dieron mal juego. 4º devuelto por inválido. Sobrero de Astolfi, manso.Juan Pedro Galán, que confirmó la alternativa: tres pinchazos, estocada a capón a toro arrancado -aviso- y descabello (silencio); media (silencio). Luis de Pauloba: estocada contraria (ovación); dos pinchazos y descabello (palmas). José Ignacio Ramos: media perdiendo la muleta y dos descabellos (silencio); dos pinchazos -aviso- pinchazo sin soltar y descabello (palmas).Plaza de las Ventas, 16 de julio. Casi media entrada.
Poca fuerza tenía el segundo toro, como toda la corrida. Y después de veroniquear Pauloba tal como está dicho y loado con justicia, en el tercio de muleta dictó otra lección de colocación, presentación de la pañosa y de cómo se debe correr la mano: el trazo limpio y el remate hacia los adentros. Le robó a ese toro pases de bella estampa y calidad. En el sobrero de Astolfi intentó montar una faena imposible, conla muleta siempre por delante y el compás torero a tono.
Juan Pedro Galán estuvo dispuesto en el toro de su confirmación, en el que su inicio de faena fue prometedor, para a continuación no alcanzar el nivel requerido. Algún natural suelto bien dibujado, un par de pases de pecho que barrieron el lomo de manso y noblón de Alonso Moreno, y unos lances templados cuando recibió a ese toro de su confirmación a la postre gris. A su segundo no se le podía encontrar una embestida decente ni por caridad, tuvo que montar la espada a los dos minutos de comenzada la faena. Mala suerte.
José Ignacio Ramos estuvo valiente en sus dos toros, decidido, no le faltaron ánimo y pundonor toreros. Brindó al respetable dos tercios de banderillas de exposición y excelentes facultades, y consiguió algún par de impecable reunión. En el último de la tarde se cruzó, arriesgó y buscó las embestidas del complicado y correoso animal. Ganó la pelea.
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