Millones de marcos a cambio de votos

"Se han dejado comprar". Éste era el grito escandalizado que proferían ayer los dirigentes de la CDU-CSU ante el proceder del bloque de los länder (Estados federados) neutrales, que dieron ayer a Gerhard Schröder el triunfo en el Bundesrat (Cámara alta del Parlamento alemán). Berlín, Brandenburgo y Bremen, gobernados por coaliciones entre la CDU y el SPD, y Renania Palatinado, donde gobierna una coalición entre el SPD y los liberales del FDP, prestaron su apoyo a cambio de compensaciones materiales (infraestructuras, promesas de trato favorable en los próximos convenios de transferencias entre regiones ricas y pobres de Alemania). El ministro de finanzas, Hans Eichel, no tuvo pelos en la lengua a la hora de explicar su táctica. Para Berlín, el elemento de seducción fue el tratado financiero que negocian la capital y el Estado federal. Las promesas del Gobierno incluyen 75 millones anuales para seguridad policial, 25 para restaurar la "isla de los museos", 20 más para apoyar las instituciones culturales, aparte de los 100 millones anuales ya asegurados y la restauración del estadio olímpico. La disidencia de Berlín puede agravar aún más las crecientes tensiones entre la capital y las regiones como Baviera, que es muy sensible al creciente protagonismo de la primera ciudad de Alemania.

Incluso, los socialistas del PDS aprovecharon la ocasión para regatear su apoyo al SPD. Finalmente, el PDS y los 15 votos de los neutrales cayeron en el saco del SPD (26 votos), que necesitaba 35 votos, para imponerse a los länder de la CDU, que contaban con 28 votos. A Brandenburgo, se le prometió mejorar la infraestructura viaria para hacer más accesible el paso hacia Polonia y a Mecklenburg-Vorpommer, la construcción de una central de gas para compensarles de su casi total desindustrialización. "Tuve la impresión de que era mejor pajaro en mano que muchos volando", dijo Manfred Stolpe, el jefe del gobierno de Brandenburgo.