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Francisco Rico revela y condena los errores que dañan las ediciones literarias

El académico recuerda que la primera edición del Quijote contiene más de 2.000 erratas

El lector tiene poco interés por saber cuál es la edición de un texto que está leyendo y que entre unos textos y otros hay enorme diferencia. Francisco Rico critica esta falta de preocupación y afirma que las ediciones de los textos que se leen hoy, tanto de libros clásicos como modernos, son muy variables. En la primera edición del Quijote, por ejemplo, hay más de 2.000 errores. Según Rico, se han hecho cálculos que señalan que un copista bueno produce como mínimo un error por página, tanto en el caso de las copias a mano como de las transcripciones de ordenador.

Unos errores son fáciles de corregir, otros dudosos y otros invisibles. Estos últimos son los más peligrosos, porque no se aprecian, el texto parece correcto. Los libros "deben ser estudiados, porque es un hecho que toda copia de un texto produce necesariamente errores", explica Francisco Rico, que acaba de cerrar el curso magistral La edición de los clásicos españoles en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). A partir de los 2.000 errores que se ven, habrá otros 2.000 que no se pueden ver, afirma Rico, porque el tipógrafo, el cajista o el copista suple una palabra por otra que se le parece, es sinónima o tiene una estructura parecida.La gravedad de leer una edición u otra depende del tipo de errores que contenga: "No es grave en el caso de que aparezca en el texto un personaje nuevo por error, aunque desconcierta al lector, que se pierde y no hace la lectura naturalmente. Pero hay otros que sí son muy graves, como cuando el autor se equivoca al corregir el original o al colocar adiciones posteriores (como en el Quijote), y aparecen fragmentos en los que hay referencias a hechos que aún no han pasado".

No se puede leer a autores como Juan Ramón Jiménez, Juan Marsé o Cervantes por las buenas, hay que tener el rigor de pensar cuál es la versión que quiso el autor, afirma Rico, que ilustra sus opiniones con ejemplos.

- La Celestina. En la elaboración de esta obra intervienen un primer autor, que no se sabe quién es y escribe el auto primero, y Fernando Rojas, que completa la obra con 15 actos más y con el nombre de Comedia de Calisto y Melibea. Luego, el público sugiere que es una pena que se mueran Melibea y Calisto sin haber disfrutado de su amor más de una noche, como ahora en las telenovelas en las que participa y decide lo que va a ocurrir. Entonces Fernando Rojas, o quizá él con otros, añade otros cinco actos, que pone en medio, y lo llama Tragicomedia de Calisto y Melibea. El resultado son tres textos muy distintos entre sí.

- Góngora. Un texto de este autor dice "faltó magnificencia grande apenas", con el que da un sentido perfecto a la frase. Pero luego se comprobó que Góngora le comentó a un amigo suyo en una carta, "no es magnificencia es munificencia".

- Cervantes. Cervantes hace unos retoques en el original y se olvida de que a Sancho le han robado el asno, por lo que luego aparece Sancho con su asno. Lo intenta arreglar en la segunda edición pero se arma un lío y pone el robo del asno en un lugar equivocado. Luego, en la segunda parte del Quijote, publicada 10 años después, da por no válida la corrección que había hecho en la segunda edición.

También en el Quijote hay un momento en el que aparece un personaje que se llama el "primo". Pero en otro momento se le llama el "sobrino". "Puede ser un error del copista, más que de Cervantes, porque son dos palabras que tienen un parentesco o incluso que suenan similares. Los copistas o tipógrafos leen una parte del texto, la memorizan y la copian. Como en el proceso influye la memoria, unas palabras se sustituyen por otras. También ocurre a veces, por ejemplo, con bella y hermosa", explica Rico.

Hay un momento en el Quijote en el que Don Quijote defiende a un criado al que están azotando, llamado Andrés, y le dice al amo que tiene que pagar al chico lo que le debe. Echan la cuenta y le dice Don Quijote que tiene que pagarle siete maravedíes por nueve semanas, "setenta y tres maravedíes". La cuenta está mal hecha: son 63. Rico interpreta que puede ser una errata; un error de Cervantes, que se equivocaba con frecuencia en las cuentas, o un fallo voluntario de Don Quijote.

- Lazarillo de Tormes. En esta obra anónima, el escudero sale a la calle hurgándose los dientes con un palillo. Dicen las ediciones: "Hurgándose los que nada entre sí tenían". Pero otras escriben: "Hurgándose los dientes que nada entre sí tenían". En estas últimas se pierde la gracia de la expresión original.

- Juan Marsé. En el clásico de Marsé Si te dicen que caí, hizo una primera versión que se publicó en México sin censura; luego reescribió la obra y el resultado es un libro diferente. Hoy no se puede leer este libro sin preguntarse qué está leyendo uno.

- Antonio Machado. Algunas ediciones de Machado hablan de "la cucaña seca de tus hojas verdes", pero lo que dice Machado es "la cucaña seca de tus ojos verdes".

- Juan Ramón Jiménez. En un gran poema suyo, Espacio, hay dos versiones, una en verso y otra en prosa. Establece la estructura del libro de una forma totalmente distinta.

- Galdós. En un personaje de Trafalgar, se le olvida a Galdós que ha perdido una pierna, y lo que ha perdido es el brazo. Luego hace otra edición y lo corrige. En Fortunata y Jacinta dicen las ediciones: "Diez meses pasaron entre que Fortunata y Juan de la Cruz...". En el manuscrito de esta obra, que se conserva en la Universidad de Harvard, la letra de Galdós dice: "Días, meses pasaron entre que Fortunata y Juan de la Cruz".

Como el cine y la música

Rico asegura que hoy está de moda la restauración; se restaura todo y una parte importante de los presupuestos de Cultura van a obras de restauración. "En cambio de la restauración de los clásicos no se ocupa nadie. Hay muchas fundaciones que dan dinero para restaurar el retablo de una iglesia pero apenas lo dan para hacer una buena edición de un libro. Jesús Aguirre me decía que uno de los motivos es que el presidente de una fundación o un director general se puede hacer un retrato con un retablo pero no con un libro porque no tiene la suficiente visibilidad".Hace poco aparecieron restos del rodaje y del montaje de Casablanca con los que se ha hecho una película de un cuarto de hora más. "Si es mejor o peor es discutible, pero el aficionado al cine tendrá curiosidad por conocer la versión íntegra de Casablanca, tal y como la dejó Michael Curtiz", dice Rico. "Los aficionados a la música, si pueden ir al concierto, no lo oyen grabado; y se preocupan mucho de tener la grabación determinada grabada en tales circunstancias. La edición de textos plantea muchos problemas: cómo se lee determinada palabra, qué quiere decir un manuscrito, qué diferencias hay entre dos ediciones y cuál representa una errata y cuál lo que el autor quería decir".

Pero el problema de la edición "no preocupa y se conoce mal", y afecta tanto a autores clásicos como contemporáneos. "Hay que saber discriminar, ser conscientes de que la calidad del texto es fundamental para no estafar a la lectura y quedarse con el texto bueno porque así no se está leyendo a Machado o a Cervantes, sino unos textos híbridos sin garantía", afirma Rico. Critica además que aún son pocos los filólogos que se forman en España en las técnicas de la crítica textual, porque hasta hace poco ha sido un dominio abandonado que no se estudiaba en las facultades de letras.

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