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El Insalud indemniza al viudo de una enferma de cáncer por demorarse en el diagnóstico

La sanidad pública admite que "tenía derecho a una correcta asistencia sanitaria"

Naiara Galarraga Gortázar

El Insalud indemnizará al viudo de una bilbaína de 47 años y madre de dos hijas tras admitir "una demora de más de cuatro meses" en diagnosticarle un tumor canceroso maligno en el Hospital de Laredo (Cantabria). La paciente, a la que se le diagnosticó un cáncer hace un año "en fase tan avanzada" que "sólo fue posible" darle tratamiento paliativo, según el informe del Insalud, falleció en diciembre pasado. El Insalud ha admitido, en una resolución extrajudicial, que le dio un tratamiento deficiente e indemnizará a su viudo con 20 millones, reveló ayer la cadena SER.

Odisea sanitaria

El informe de la inspección médica del Insalud de Cantabria revela que la mujer, que vivía en Cantabria desde hacía unos años, acudió 11 veces al hospital de Laredo entre mayo de 1998 y julio del año siguiente, cuando definitivamente los médicos le diagnosticaron un tumor maligno en la vagina que se había extendido por parte de la vejiga y del recto. Su marido presentó una reclamación y el Insalud le dio la razón en marzo. El Insalud reconoce que es "imposible saber qué hubiera sucedido" si el tratamiento hubiese sido "adecuado". Pero añade que "tenía derecho a una correcta asistencia sanitaria y a que se agotaran todas las posibilidades de curación". El abogado de la familia, Carlos Gómez-Menchaca, recalcó ayer que la decisión del Insalud implica evitar el "peregrinaje" por los tribunales.

Durante varios meses la paciente se quejó de fuertes dolores lumbares. La inspección del Insalud reconoce que no se intentó descartar el cáncer: "Presentó síntomas que no motivaron ningún reconocimiento para investigar la presencia de procesos neoplásicos [cancerosos] cuando sus antecedentes y su edad constituían claros factores de riesgo".

A raíz de los fuertes dolores de espalda, los médicos del servicio de traumatología le realizaron una exploración. Resultó negativa. El dolor no remitía, pero el hospital descartó que su origen fuera físico y la derivó a psiquiatría, donde anteriormente había sido tratada. Descubrieron el tumor maligno en el hospital de Laredo, a raíz de una hemorragia vaginal cinco meses antes de que muriera.

El caso salió a la luz ayer, dos días después de que el jefe del servicio de Oncología del Hospital de La Paz en Madrid, Manuel González Barón, denunciara públicamente importantes demoras en los diagnósticos de cáncer y la falta de "voluntad política" para atajar el problema. El director del Insalud, José María Bonet, reconoció el mismo viernes a través de una portavoz que "hay un problema estructural y hay que tomar medidas a corto y medio plazo". La Audencia Nacional acaba de condenar al Insalud a pagar 21 millones de pesetas por la muerte de un enfermo cardiaco que estaba en lista de espera.

La odisea hospitalaria de la bilbaína atendida en Laredo fue larga. La mujer se presentó al servicio de urgencias la primera vez, en mayo de 1998, con una fuerte hemorragia vaginal que le provocaba anemia. Se le hizo un raspado. "Sin mayor análisis", admite el Insalud, cuatro meses después se le extirpó la matriz del útero. Comenzó después a sufrir "un fuerte dolor lumbar que la despertaba por las noches". El traumatólogo le hizo una exploración mediante un TAC.El informe del Insalud explica que la obesidad de la paciente , y la "pobreza de los síntomas, pues tan sólo presentaba un intenso dolor lumbar", llevaron al servicio de urgencias "a encaminar el proceso hacia una causa traumatológica, facilitado todo ello por estar a la espera de los resultados de un TAC".

Los dolores no remitieron y los resultados del TAC tardaban. La exploración, "pobre de calidad técnica por obesidad de la paciente", según señaló entonces el médico, indicó que mostraba un leve desgaste vertebral "posiblemente por sobrecarga sin evidencia de compresión saco-radicular". Varias veces más regresó a urgencias por el dolor. Le diagnosticaron "lumbalgia crónica" y le pusieron en tratamiento. Posteriormente descartaron que el origen del dolor fuera físico y le derivaron, a raíz de "una crisis de angustia" al servicio de psiquiatría. La paciente estaba desde 1995 en tratamiento psiquiátrico por trastornos de ansiedad con agorafobia, miedo a los espacios abiertos.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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