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Un estudio revela que el 33% de los marroquíes empleados en la hostelería carece de contrato

Tereixa Constenla

La presencia de extranjeros en la hostelería andaluza ha crecido en los últimos años, aunque sigue siendo un porcentaje pequeño (3%) de los ocupados. Un informe, elaborado en 1999 para el Observatorio Permanente de la Inmigración (OPI), analiza y compara la situación de los trabajadores chinos y marroquíes, las dos nacionalidades no comunitarias mayoritarias en el sector, con la de los autóctonos. El 33% de los marroquíes empleados carecen de contrato y sufren mayor precariedad laboral. A pesar de tener un nivel de formación académica superior a los españoles, los inmigrantes tienen menos oportunidades laborales, ocupan empleos de baja categoría y no visibles para el público.

Salarios

El estudio, elaborado por Walter Actis, Miguel A. de Prada y Carlos Pereda, alerta sobre la segmentación "con base étnica" entre autóctonos y marroquíes en la hostelería. La precariedad laboral en las empresas del sector incide sobre todo en los marroquíes: una tercera parte carece de contrato. La economía sumergida afecta en menor medida a los españoles y a los chinos, nacionalidad a la que pertenecen la mayoría de los trabajadores extranjeros no comunitarios de la hostelería. También los contratos temporales predominan más entre los marroquíes, mientras que los fijos son más habituales entre españoles y chinos. Los autores del informe concluyen que, dentro de la precariedad generalizada, los autóctonos tienen una situación más favorable, con un mayor índice de contratos fijos a tiempo completo, y los marroquíes sufren la mayor precariedad con contratos temporales o sin contratos.

Los salarios también muestran una gradación según el origen de los empleados. Los españoles perciben los más elevados, seguidos de los marroquíes y, por último, los chinos. No obstante, en el estudio se advierte de que las diferencias de retribuciones no pueden atribuirse a una discriminación sino a los distintos tipos de trabajo que desempeña cada colectivo. Pero hay otras retribuciones indirectas donde los autores observan más desigualdades. El 50% de los marroquíes que realizan horas extras no las cobra, además de ser el colectivo que más a menudo trabaja fuera del horario convenido. A la hora de acogerse a las vacaciones retribuidas, no hay distinciones entre marroquíes y españoles. Por el contrario, los trabajadores chinos salen peor parados, debido a la "peculiaridad de las relaciones laborales en una específica economía étnica en la que la relación trabajador-empresario, en ocasiones teñida por lazos familiares, aparece como desvinculada de la regulación institucional". Los empleados de esta nacionalidad, sin embargo, suelen beneficiarse de otras ventajas. Alrededor del 50% vive en pisos cuyo alquiler paga el empresario.

La encuesta indica que la mayoría de los trabajadores cuenta con cobertura sanitaria, aunque "algunos núcleos carecen de protección", como un 10% de los empleados chinos o el 4% de los marroquíes. Las pólizas privadas, que apenas firman españoles y chinos, se suscriben con más frecuencia entre marroquíes. Un 7% de los empleados en la hostelería andaluza de esta nacionalidad poseen una. El estudio destaca, sin embargo, que existen pocas diferencias entre españoles e inmigrantes a la hora de beneficiarse de los derechos del sistema sanitario público, que cubre al 98% de españoles y al 90% de inmigrantes. El informe también destaca que algunos inmigrantes, desde que están trabajando, han dejado de acudir al médico cuando lo necesitaban, en algunos casos por desidia o falta de tiempo. En otros, sin embargo, ha sido provocado por la falta de papeles o diferencias culturales o idiomáticas. Los autores del estudio sostienen que estas trabas obligarían a diseñar "intervenciones institucionales" como medidas para facilitar el aprendizaje de las lenguas locales o la interculturalidad en las instituciones sanitarias.

La mayoría de los trabajadores inmigrantes de la hostelería andaluza se plantean permanecer en el país indefinidamente -sobre todo los chinos- o, al menos, hasta la jubilación (marroquíes), aunque un 26% de los chinos pretende regresar a su país en los próximos cinco años.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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