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Italia prepara una ley que prohíbe fumar en los espacios cerrados

Territorio 'libre'

Los fumadores italianos tendrán una vida difícil a partir de ahora si el proyecto de ley aprobado ayer por el Gobierno pasa los controles parlamentarios. Se trata de una ley que amplía el territorio prohibicionista a gran parte de la esfera de la vida social. El gesto de encender un cigarrillo en un lugar cerrado (excepto si dispone de una sala especial para ello) será objeto de sanciones, sea éste un lugar estrictamente público (aeropuertos, ministerios, oficinas de la Administración, hospitales o escuelas) o una oficina privada, un restaurante, un bar, un hotel (salvo las habitaciones), una peluquería o incluso una cárcel, a menos que el detenido ocupe una celda individual."Somos fundamentalistas anti-humo, para defender la salud de las personas", declaró ayer el ministro de Sanidad italiano, Umberto Veronesi, oncólogo de profesión y particularmente sensibilizado con el drama de los fumadores pasivos que se juegan la vida sin siquiera ser víctimas de un vicio.

De momento, el ministro se ha centrado en el decreto-ley anti-tabaco que refuerza la prohibición de fumar con multas de entre 4.000 y 28.000 pesetas, para todo el que viole la nueva normativa. En las oficinas públicas y en las privadas, desde una gestoría, a una agencia de viajes, pasando por un minúsculo bar, la supervisión del cumplimiento de las normas anti-tabaco quedará en manos de controladores especiales elegidos por cada empresa pública o privada. Serán ellos los encargados de colocar carteles donde se diga con claridad que el cigarrillo está prohibido y de decir "no" a los que intenten saltarse la norma. Aunque, la responsabilidad de cobrar la multa será de la policía que castigará también cualquier exceso de tolerancia con los transgresores por parte de estos "vigilantes", con multas de entre 80.000 pesetas y medio millón.

La única limitación del decreto estará en los espacios dónde fumar, ya que todas las instalaciones cerradas tendrán que dedicar una habitación especial para uso de fumadores, si quieren mantener un territorio libre para aquellos clientes adictos al tabaco. Por lo demás, después de la aprobación de la ley, no se podrá encender un cigarrillo o cigarro, ni una pipa en ningún lugar de acceso público: oficinas, hospitales, consultas médicas, escuelas y universidades, estaciones de tren, estaciones portuarias, aeropuertos, restaurantes, bares, cuarteles, comisarías y cárceles.

Según datos de la Unión Europea, en Italia, un país notablemente aficionado al tabaco, fuma el 33% de los hombres y el 24% de las mujeres (en total unos 14 millones de personas, sobre una población de 58 millones), con un consumo medio de 14 cigarrillos al día. Bastante por debajo de las cifras correspondientes a España (sólo superadas por Grecia) que hablan de un 39% de hombres fumadores y un 23% de mujeres.

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