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El impacto de las energías fósiles supera 31 veces al de las renovables

El decreto de conexión de los paneles solares a la red saldrá en otoño

La generación de energía con tecnologías que consumen carbón, petróleo, gas natural o combustibles radiactivos produce un impacto ambiental 31 veces superior a la de origen renovable, como el viento, el agua o el sol, según el primer estudio realizado en España sobre los impactos de las distintas alternativas energéticas. El trabajo cuantifica esos costes con la pretensión de repercutirlos en las tarifas finales que pagan los consumidores.

Repercusión en las tarifas

Abocado a la liberalización del mercado a medio o largo plazo, el el sector eléctrico de origen renovable se esfuerza en dar a conocer las ventajas sociales y ambientales de su energía, frente a otras fuentes de origen no renovable, como el petróleo, el carbón, el gas o las nucleares.El estudio divulgado ayer en Madrid por la consultora Auma en colaboración con varias universidades catalanas, los entes autonómicos de energía de Cataluña, Aragón, País Vasco, Navarra, Galicia, el IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía) y CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas), cuantifica estas ventajas con una unidad de medida denominada ecopunto. Esta unidad es negativa. Mide el impacto ambiental por cada Terajulio de electricidad producido, el equivalente al consumo de 278.000 estufas de 1.000 vatios durante una hora. La inventó el departamento de Medio Ambiente del Gobierno suizo y su utilidad entre los gestores medioambientales ha hecho que se generalice en todo el mundo.

El ecopunto no se limita a cuantificar el impacto de la producción enérgetica, sino el devengado a lo largo de todo el ciclo de vida desde la obtención del combustible y su transporte hasta la construcción de la central y el tiempo de explotación de la misma. Con esta nueva nomenclatura puede saberse ahora que la electricidad producida en España por una central térmica que quema lignito (poco poder calorífico y gran emisión de productos sulfurosos) tiene una carga contaminante de 1.735 ecopuntos; la que utiliza petróleo, 1.398 y la de carbón 1.356. En un escalón inferior se encuentra la electricidad de origen nuclear con 672 ecopuntos negativos, seguida del gas natural con 267.

Las renovables ocupan el estrellato de energías limpias, a mucha tancia de las fósiles. A la energía producida por centrales minihidráulicas se le asigna el menor valor, 5 ecopuntos, mientras a la eólica 65. ¿Por qué tanta diferencia entre una y otra? Responde Joan Pallisé, de la consultora Auma: "No se tiene en cuenta el impacto visual, sino la carga contaminante derivada de todo el proceso de fabricación de los molinos de viento".Así el kilovatio/hora producido por una central minihidráulica tiene un impacto ambiental 300 veces inferior al generado en una térmica de lignito; 125 veces menor del de una central nuclear y 50 veces más limitado que el generado con gas natural.

Según José Ignacio Casanovas, de la Asociación de Productores de Energías Renovables, el estudio no ha tenido en cuenta el impacto de la biomasa. Tampoco se han valorado los costes del desmantelamiento de centrales nucleares ni los efectos sobre los ecosistemas porque no existe consenso entre la comunidad científica. Donde sí lo hay es en los impactos sobre el calentamiento global, la disminución de la capa de ozono, la acidificación o lluvia ácida, la eutrofización de las aguas, la contaminación por metales pesados, la emisión de sustancias cancerígenas, la generación de residuos, el agotamiento de recursos energéticos y la contaminación atmosférica.

Para los autores del trabajo, editado por el IDAE, la valoración por ecopuntos es la herramienta que faltaba para imputar los costes ambientales en las tarifas eléctricas. Tantos ecopuntos, tantas pesetas por kilovatio producido. La directora del IDAE, Isabel Monreal, anunció que el esperado decreto que regula la conexión a la red eléctrica de los productores fotovoltaicos se aprobárá en otoño.

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