Internet y carreteras para el Estado de Guanajuato

Acusado de embaucador de almas y resultados, Fox exhibe las estadísticas de sus logros como gobernador

Vicente Fox se rasuró la barba en 1995 para no ser confundido con Diego Fernández de Cevallos -un adversario panista con quien el lunes hizo las paces-, y aceptó la candidatura al Gobierno de Guanajuato por el Partido de Acción Nacional (PAN). Ganó con el 58,4% de los votos, casi el doble que su rival priísta, Ignacio Vázquez. Pasó a la historia como el gobernador de oposición con el triunfo más contundente, y su gestión durante cuatro años no debió ser tan mala cuando en las elecciones del domingo el PAN volvió a ganar en ese Estado.El 5 de julio de 1998 puso en marcha 65 líneas telefónicas y cuatro locutorios. "La gente debe conectarse al desarrollo económico", animaba el gobernador. Ofreció un ordenador con Internet a Xichú, una aldea abundante en analfabetos y campesinos. Las cámaras recogieron el momento en que Fox sostenía una charla cibernáutica con un directivo de la telefónica Miditel. El alcalde, del PRI, Antero Landaverde, se interesó por eso de Internet y recibió esta respuesta de los técnicos: "Me dijeron que si quería el Internet tenía que pagar 70.000 pesos [150.000 pesetas]. Les reclamé, les insistí que el gobernador lo había inaugurado. No me hicieron caso y se lo llevaron".

El Gobierno de Fox ha sido discutido a fondo, y aunque la oposición no le reconoce mérito alguno, y le menciona como embaucador de almas y de resultados, lo cierto es que importantes estadísticas le son favorables: el Estado situado a tres horas de autopista desde Ciudad de México recibió en tres años 1.400 millones de dólares en inversiones, el número de empresas exportadoras pasó de 360 a 720, y el valor de las exportaciones aumentó en un 160%. Triplicó los recursos destinados a combatir la pobreza, redujo la mortalidad infantil, y aumentó la escolarización hasta conseguir que 97 de cada cien niños vayan a clase.

El senador priísta José de Jesús Padilla, sostiene que las cifras están maquilladas: "Fox sólo es márketing. Vende su imagen al país y al extranjero". Vendió austeridad y la cumplió. La nómina de funcionarios pasó de 11.000 a 9.000, casi un 20%; y el índice de delitos cayó de 1,7 por cada mil habitantes en 1995 a 0,95 en mayo de 1998, según cifras oficiales. Las prioridades observadas en el Guanajuato de Fox son discutibles y la pobreza y el analfabetismo, todavía altos, pero nadie pudo encontrarle un mal manejo de los recursos del Estado, a pesar de que los inspectores del PRI intentaron descubrirlos. "Ha construido un inmenso campo de golf para los ricos", acusó un periodista. A diferencia de otros Estados gobernados por el PAN, no se registraron casos de funcionarios de primer nivel acusados de corrupción o abuso de poder, un logro nada desdeñable en un país sometido por la corrupción.

"Si uno recorre las calles, fábricas y zonas rurales del Estado terminará por reconocer", escribía en febrero de 1999 el periodista Alejandro Almazán, "que ciertamente una buena mayoría de los guanajuatenses quieren a su gobernador, aunque sigan hundidos en su pobreza o ganen salarios miserables en las industrias que el panista ha llevado a la entidad". Uno de los beneficiarios de aquellas políticas de desarrollo agradecía el salto a la modernidad. "Ya no venimos en burros. Nos puso 13 kilómetros de carretera, ha sido el mejor gobernador". También Angélica Villa, de 34 años, lo idolatra desde la inauguración del Colegio de Estudios Científicos: "Don Vicente es un gran ser humano".

Las estadísticas federales y las proporcionadas por el equipo de Fox se contradicen por razones políticas y electorales, y quien fuera subsecretario de Desarrollo Social, el priísta Luis Maldonado, calificó los logros de Fox como una "fantasiosa imagen de desarrollo". Muchos mexicanos anticipan que el nuevo Gobierno de su país sentará a su diestra a la Iglesia. No lo hizo su titular electo cuando fue gobernador. Contrariamente a otros de su partido que acudían al Cerro del Cubilete enarbolando la imagen de Cristo Rey, Fox no recibió al obispo de León, Martín Rábalo, y cuando iba a misa se sentaba en las últimas filas.