"Las mujeres crean sus propias empresas ante la imposibilidad de ascender"

Tiene 51 años y, desde hace ocho, preside la Asociación Mundial de Mujeres Empresarias, cargo que compatibilizó en 1995 con el de secretaria de Estado de Comercio Exterior, con rango de ministra. Miembro del partido francés Democracia Liberal (DL), esta mujer de derechas, europeísta, partidaria de la globalización y defensora de que las mujeres adquieran un papel más importante en la dirección de empresas, trabaja activamente en tres frentes: con la asociación que preside, en política como candidata en las próximas elecciones municipales y en la empresa que dirige, junto a su hermano, en la que trabajan 20 personas, una tercera parte mujeres.Ha estado en Madrid para cerrar el ciclo Mujeres en la acción ciudadana, organizado por la asociación Diálogo.

Pregunta. Usted, que desde 1974 viene con frecuencia a España, sabría decirme por qué la empresaria española es reacia a hablar de temas ajenos a su trabajo.

Respuesta. Nuestra asociación está implantada en 36 países. De la Unión Europea, es España el único país con el que no contamos con delegación, porque no existe una asociación similar a la nuestra. Las hay de ámbito regional o adscritas a cámaras de comercio o pymes, pero nosotras queremos contar con una agrupación nacional. Eso puede indicar algo.

P. ¿Cuál es la finalidad de esta asociación?

R. Se creó en Francia en 1945, porque muchas mujeres tuvieron que tomar las riendas de los negocios tras el fallecimiento de sus familiares en la guerra. Nuestra finalidad era dar información, formación e incluso unirlas, porque se sentían muy aisladas. Ahora, las cosas han cambiado, pero sigue habiendo necesidad de información y formación. En Francia hay 70.000 puestos ligados al mundo empresarial y sólo un 6% lo ocupan las mujeres. Queremos que este porcentaje aumente.

P. Es un hecho que en puestos medios el porcentaje de mujeres está más equilibrado respecto a los hombres, pero que a medida que se asciende en la escala profesional el porcentaje se reduce abismalmente. ¿Hay manera de romper el llamado techo de cristal?

R. En grupos empresariales clásicos, con un organigrama piramidal, los ascensos son mucho más difíciles, por lo que ahora muchas mujeres optan por dejar la empresa y fundar sus propias compañías. No es casual que el 32% de las nuevas empresas francesas las crean mujeres; en Estados Unidos es el 55%.

P. ¿Internet influye en eso?

R. Creo que sí. Antiguamente los músculos eran más necesarios. La nueva economía requiere más sensibilidad, una inteligencia más adaptada a los valores de la comunicación, lo que nos favorece, ya que, mientras los hombres tienen una visión más a largo plazo y con grandes ambiciones, las mujeres nos ajustamos a la realidad cambiante con facilidad y somos más rápidas en tomar decisiones sin importarnos el futuro.

P. Parece todo muy optimista.

R. Claro que hay problemas. El primero es que las directivas se concentran en determinados sectores -lo cual no es bueno- como la sanidad, la comunicación, la judicatura, y los recursos humanos. Y las grandes compañías buscan a los ejecutivos en el mundo financiero o en la ingeniería. El segundo, que cumplidos los 40 años, tendemos más a concentrarnos en la vida privada.

P. ¿Que opina de la paridad en política y en la empresa?

R. La paridad en política puede ser necesaria pero en la empresa no. Yo que trabajo en el sector del petróleo le puedo decir que las leyes norteamericanas que defienden el derecho a las minorías sólo ha logrado que los millonarios del petróleo pongan a sus hijas, mujeres o amantes al frente de empresas sólo para cumplir la ley. Es decir, la mentalidad de las feministas norteamericanas es defender a las mujeres antes que a las empresas. Nuestra organización hace justo lo contrario