Se suicida en la cárcel de Lisboa el 'asesino del tren' reclamado por Francia
El francés de origen argelino Sid Ahmed Rezala, de 21 años y conocido como el asesino del tren, se suicidó en la madrugada de ayer en la cárcel de Lisboa tras otros dos intentos frustrados, según fuentes penitenciarias. Detenido en Lisboa el pasado 11 de enero y pendiente de extradición a Francia, a la que se oponía, Rezala murió, al parecer, por asfixia, al incendiar su celda.
El abogado de una de sus víctimas criticó ayer a los responsables penitenciarios por no haber reforzado su vigilancia tras las anteriores tentativas de suicidio. Rezala fue detenido en los alrededores de Lisboa tras convertirse en el hombre más buscado de Francia por la supuesta muerte de tres mujeres. El asesino del tren estaba pendiente de un recurso ante el Tribunal Constitucional portugués mediante el cual pretendía revocar la orden de extradición a Francia que ya había confirmado el Tribunal Supremo. El francés de origen argelino trataba de evitar su traslado a Francia, donde podría ser condenado a una pena de cárcel mayor de la que permite la legislación portuguesa.
En una decisión absolutamente irregular y no ajustada a su legislación, el Gobierno portugués afirmó que lo entregaría a Francia si el Ejecutivo de París se comprometía a no encarcelarlo por más tiempo del exigido en la ley portuguesa, una resolución que sólo cabría a las autoridades judiciales galas. En cualquier caso, la polémica actitud del Gobierno lisboeta no llegó a consumarse por el trágico final del joven francés y contrasta con la inequívoca ralentización del expediente de expulsión del supuesto colaborador de ETA José Luis Telletxea Maia, detenido en Lisboa en marzo de 1996 y cuya extradición a España fue denegada por las autoridades judiciales lusas. Tras agotar todos los recursos posibles para permanecer en el país, el Servicio de Fronteras y Extranjeros portugués, dependiente del Ministerio del Interior, ha pasado cerca de seis meses para notitificarle que no aceptaba su petición de residencia en Lisboa como ciudadano comunitario y ahora, en vez de expulsarlo por vía administrativa, ha optado por entregar su expediente a un juez de Sintra, en los alrededores de Lisboa, para que decida sobre su futuro.
Por otro lado, el defensor de una de las víctimas del asesino del tren, el abogado Gilbert Collard, criticó duramente a las autoridades penitenciarias lusas por no haber reforzado la vigilancia del joven francés tras los precedentes conocidos. "No se comprende", dijo ayer, "que un hombre que intentó suicidarse en dos ocasiones anteriores no haya sido más controlado". "Si Rezala ha conseguido suicidarse es porque la administración penitenciaria no lo vigiló como debía", añadió. El abogado francés, representante de la familia de Corinne Caillaux, asesinada el pasado 14 de diciembre, agregó que el asunto "no va a quedar así". "Vamos a exigir", dijo, "explicaciones sobre el mal funcionamiento penitenciario. Nada más tener conocimiento del suicidio, informé de ello a la familia de Corinne. Su reacción fue de estupefacción, de frustración... Es preciso saber hasta qué punto es importante para una víctima conocer el desarrollo de un proceso y ver al asesino condenado...".
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