Un arquitecto propone una ampliación del Prado alternativa para respetar los Jerónimos
Tres meses después de su aprobación por el Patronato del Museo del Prado y por el jurado encargado de su estudio, al proyecto de Rafael Moneo para la ampliación de la pinacoteca le ha salido un competidor. El arquitecto Pablo Aldaz Barrera ha lanzado un llamamiento "a las autoridades locales y nacionales" para que consideren su propuesta "altruista" de reforma y eviten la planeada ocupación del claustro de los Jerónimos. Según Aldaz, las nuevas dependencias del museo podrían ubicarse, tras sortear bajo tierra la plaza de Murillo, en una esquina "no histórica" del Jardín Botánico.
"El claustro de la iglesia de los Jerónimos (que en el proyecto de ampliación de Moneo quedará abrazado y envuelto íntegramente por las nuevas dependencias del museo del Prado) es el monumento más importante de Madrid, al menos por su antigüedad (data de finales del siglo XV)", asegura el arquitecto pablo Aldaz, hijo de Luis Aldaz Muguiro, que en 1932 construyó el viaducto de la calle de Bailén. La "destrucción" del recinto religioso supondría, según Aldaz, una pérdida "enorme e innecesaria". Por eso, este arquitecto ha ideado una solución "igual de factible, mucho más barata y más respetuosa" con el patrimonio artístico de la ciudad: ampliar el museo no hacia la parte posterior del edificio Villanueva, sino hacia el Jardín Botánico.
La nueva ubicación, "a la que Moneo podría perfectamente adaptar su proyecto", abarcaría toda la plaza de Murillo en construcciones subterráneas y se extendería después hasta la esquina colindante del Jardín Botánico, que hoy alberga las dependencias de su escuela taller y cuya superficie casi dobla la del claustro.
"La ampliación del museo no afectaría al Botánico histórico, sino a una esquina que fue adherida a él a finales del siglo pasado y que no contiene más que algún árbol corriente y las oficinas de la escuela taller", afirma Aldaz. Y añade: "Más árboles van a tener que talar en el claustro de los Jerónimos, que vaya si los tiene. Y, probablemente, también enterramientos y restos de todo tipo. Cuando lo levanten se van a encontrar de todo".
Un gran cubo
Aldaz asegura que no pretende competir a posteriori con el proyecto de Rafael Moneo, ya aprobado y cuyas obras podrían comenzar a comienzos del próximo año. "Sólo ofrezco una idea nueva, posible, y se la cedo a quien quiera hacer uso de ella. Yo creo que Moneo estaría encantado de saber que hay una alternativa a la ampliación por los Jerónimos y que no le resultaría difícil adaptar su diseño de edificio a esta otra ubicación", afirma el arquitecto, que añade: "Es una pena que esto no se me haya ocurrido hasta ahora".
El proyecto de Moneo consiste en un gran edificio en forma de cubo que se construirá en la parcela ocupada ahora por el claustro. Éste quedará englobado en la nueva estructura y se reservará a sala de lectura. Una plazoleta separará el edificio de la iglesia de los Jerónimos, y desde ella se podrá contemplar una esquina de las viejas arcadas.
Moneo considera que "tanto la iglesia como el claustro saldrán muy mejorados de las obras", y responde a las críticas de la iglesia y de los vecinos del barrio argumentando que el solar escogido es el único suelo disponible.
El proyecto fue aprobado, tras aceptar su autor varias de las modificaciones propuestas, por el patronato del museo del Prado, el pasado enero y por el jurado encargado de examinarlo (e integrado por representantes de los Gobiernos central, regional y municipal, el Prado y el arzobispado) en marzo, y ratificado en mayo por la Academia de Bellas Artes. Los trabajos podrían comenzar a principios del próximo año, en el 2001.
Aldaz asegura, sin embargo, que la Academia de la Historia rechazó por unanimidad los planes de Moneo, y añade que sendas cartas enviadas al alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, y al presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, tuvieron por contestación "buenas palabras y elogios" a su idea, "pero nada más".
El arquitecto madrileño resume en tres puntos las ventajas de su propuesta frente a la ya aprobada de Moneo: "No se tocaría el claustro de los Jerónimos, que es monumento nacional, ni se rompería la unidad arquitectónica del entorno; el tamaño del solar es prácticamente el doble, y la distancia al museo, menor; por último, el coste sería mucho más bajo, al no tener que salvar ningún desnivel [unos 10 metros de diferencia entre el edificio Villanueva y la iglesia]".
"Agresión histórica"
Además, Aldaz propone la construcción de salas, oficinas o pasillos bajo la plaza de Murillo, sita entre el actual museo y el Jardín Botánico y que serviría de enlace entre ambos espacios.
"La entrada podría hacerse precisamente por esa plaza, y resultaría mucho más vistosa que la del proyecto actual, que la sitúa en la parte posterior del museo, sin ninguna conexión arquitectónica ni visual". La propuesta de Aldaz pretende evitar así la "agresión histórica y contextual" que supondría, en opinión de este arquitecto madrileño, "construir un edificio de arquitectura contemporánea" en un entorno "ya consolidado históricamente" y con un estilo propio.
El arquitecto madrileño afirma que ahora sólo le queda esperar. "Creo que mi propuesta es razonable y fácil de adaptar al proyecto actual", concluye. "Si Moneo quiere hacer uso de ella, no tendré ningún problema en cedérsela. Al contrario".
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