_
_
_
_

Un hallazgo 'necesario' tras los fracasos anteriores

Con dos graves batacazos recientes en su programa de exploración de Marte (la pérdida de la nave Mars Climate Orbiter en septiembre de 1999 cuando se aproximaba a Marte y de la Mars Polar Lander en diciembre durante el descenso a su superficie), a la NASA le viene muy bien un descubrimiento espectacular en el planeta rojo. Sobre todo cuando, a raíz de ambos fracasos, se han elaborado informes muy críticos sobre la gestión del programa marciano por parte de sus directivos.Y aún más: en breve la agencia espacial estadounidense tiene que aprobar las misiones que partirán hacia ese planeta en 2003 y 2005, y en gran parte están pensadas para buscar agua allí, como condición indispensable para la existencia de vida. El año que viene partirá una sola misión, similar a la actual, ya que la otra prevista para ese año, que debía aterrizar en Marte, ha sido anulada.

Más información
La NASA cree que sólo el agua explica los barrancos recién descubiertos en Marte

La perspectiva, o el deseo, de lograr un éxito tan sonoro como la misión de la popular Mars Pathfinder en el verano de 1997 es especialmente atractiva en este momento. Además, la única nave que funciona actualmente en Marte, la Mars Global Surveyor, está teniendo un éxito importante, pese a los problemas que surgieron durante su colocación en la órbita de trabajo, sobre todo desde el punto de vista de la adquisición de datos científicos, aunque no goce de tanta popularidad como la Pathfinder.

Fiascos pasados

Pero la NASA muestra cierta prudencia a la hora de anunciar un hallazgo lleno de incertidumbres, dado que varios anuncios sensacionales realizados en los últimos años han sido muy cuestionados por la comunidad científica. En este capítulo de descubrimientos basados en conclusiones precipitadas sin suficiente fundamento científico cabe recordar la identificación de unas estructuras microscópicas en un meteorito marciano como huellas fósiles de bacterias de hace miles de millones de años y la presunta localización de enormes depósitos de agua en los polos lunares.

En ambos casos no se ha podido ir más allá en la comprobación de las hipótesis y éstas han sido bastante criticadas. Un poco más lejos, pero en la misma tónica de sacar conclusiones prematuras, la NASA se ha empeñado en dar por sentada la existencia de océanos de agua líquida bajo la superficie helada y resquebrajada de Europa, satélite de Júpiter, y la consiguiente posibilidad de vida allí, cuando todavía no hay datos suficientes para obtener tal conclusión.

Ayer, la NASA anunció que seguirá buscando rastros de agua con la Mars Global Surveyor y que la nave que parta en 2001 llevará una cámara de infrarrojos de alta resolución que examinará los barrancos para buscar minerales relacionados con el agua.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_