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Lara Bosch declara que nunca abandonará el mundo del libro

El editor cierra un ciclo en la SGAE

José Manuel Lara Bosch iba para urbanista, pero una depresión de su padre, el fundador de Planeta, le condujo en 1969, con 23 años, directamente a la empresa familiar. Después, tras la muerte de su hermano Fernando, se puso al frente del Grupo Planeta en 1995. "Ahora, de vez en cuando dicen que quiero irme al mundo audiovisual y tengo que decir que jamás dejaré de hacer libros ni de ser editor", contó en el ciclo que concluyó ayer sobre la edición del siglo XX en España.

"Es cruel y duro lo que voy a decir. Pero la enfermedad de mi padre, una neurosis depresiva profunda, que no era más que falta de litio en la sangre, aunque esto no se sabía, fue bueno para él, para mí y para la editorial". José Manuel Lara Bosch (Barcelona, 1946), actual consejero delegado del Grupo Planeta, resumió así la manera imprevista de su entrada en la empresa y los cambios que ha incorporado al cabo de 30 años.De ser una editorial exclusivamente familiar, fundada por su padre, José Manuel Lara Hernández, en 1949, su hijo, ayudado por el equipo de siempre, "nuestro principal activo", cambió radicalmente la forma de gestionarla y la profesionalizó.

"¿Y qué hubiera dicho tu padre en 1969 si hubiera visto todo lo que se le venía encima, esas macroeditoriales que se han formado en los últimos años?, le preguntó Terenci Moix, amigo y uno de los autores de Planeta, que acompañaba ayer a Lara como interlocutor. "No se hubiera extrañado. Los editores como él nos inculcaron una cultura propia, pero sin saberlo, no lo ponían en Internet, sino debajo de la almohada", respondió el editor, que reveló el decálogo de su padre con la empresa. Decía el fundador que en su casa no quería máquinas; que no había que confundir nunca su catálogo con la biblioteca personal; que había que pagar enormemente a gusto los derechos de autor y las comisiones a los vendedores; mitificar al creador, y apreciar a los medios de comunicación y publicitarse siempre.

En esa cultura empresarial por saber vender el producto encajó Lara el Premio Planeta, que se creó en 1952. "Fue un acierto de mercadotecnia llamarlo como la editorial. Nunca pretende descubrir escritores y sí acelerar el proceso de crear mercado, es una inversión. Y diré que no está manipulado, como siempre nos dicen", contó ayer en el ciclo En primera persona. Conversaciones con editores, organizado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y que se ha celebrado en la sede de la SGAE en Madrid.

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