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Tribuna
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Agresividad

Ahora nos ha llegado la noticia, pero ya se iba notando la irritabilidad en el ambiente, sobre todo entre los conductores de automóviles. Resulta que, en Sevilla, de esa amabilidad y buen humor que se nos supone cada vez hay menos porque nos estamos cargando de agresividad; va subiendo el termómetro rojo a borbotones y por menos de nada se arma la bronca y nos liamos a golpes con el que nos pilla más cerca. Que las mujeres lleven la peor parte en esto de la agresión no es nada nuevo, es cosa sabida, y también que si no tienen preparación y no encuentran trabajo aguantan lo que no pueden porque qué otra cosa van a hacer, y, claro, quien más aguanta más recibe. Que al aumentar el número de agresiones en general aumente también el de agresoras parece lógico. Lo que cuesta trabajo creer es que estos desafueros sean por tonterías. O quizá no, en cuanto que muchas tonterías pueden sumar una catástrofe. Incluso con las necesidades cubiertas como para poder disfrutar de la vida, ¿quién no se frustra cada día un poquito con lo difícil que nos lo ponen?No hay más que dejarse ir para verse inmerso en un cúmulo de pamplinas que necesitar, que cumplir, que emular, que tragar, que creer, que asentir, que alcanzar y que fracasar en el intento. Y como no corren tiempos de héroes, ni de abnegados, ni de pacientes, ni de muchas generosidades, pues se va formando una pelota de rencores y frustraciones pajita a pajita, como los nidos de los pájaros -por romper lo desapacible del tema con un ejemplo lírico-, hasta llenar la capacidad de aguante de cada uno, que probablemente variará según la sensibilidad del percutor, para estallar la catarsis con catarata de insultos o golpes por otra nimiedad más pero enormemente concentrada.

Estos días están poniendo dos películas -La ducha y Lista de espera- que ilustran todo lo contrario, lo que nos perdemos: otro modo de tomarse lo que llega, la capacidad de felicidad que encierra cualquier momento, aunque sea un contratiempo. Aunque vamos en otra dirección y complicando las cosas, es un relajo y nos viene bien que nos presenten una "realidad" tan fácil y feliz, tan como quisiéramos que fuera.BEGOÑA MEDINA

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