Patten rebaja el tono de sus discrepancias con Solana

"Afortunadamente, Javier Solana y yo trabajamos muy bien juntos, pero no nos sentimos especialmente ayudados por la nueva maquinaria institucional", dijo anoche Chris Patten. Desde hace unos días, el comisario europeo de Relaciones Exteriores ha bajado el tono en su supuesto conflicto con Míster PESC, pero no desaprovecha ocasión para confesar sus cuitas y reivindicar mayor protagonismo para la Comisión en la política exterior europea. Patten eligió ayer París para explicar, en el foro del Instituto francés de Relaciones Internacionales, su tesis de que el Ejecutivo comunitario debe ser algo más que un simple gestor de programas: "Sería absurdo separar la política exterior europea de las instituciones a las que se ha hecho responsables de la mayoría de los instrumentos para su consecución: para las cuestiones de comercio exterior, incluidas las sanciones; para la ayuda exterior europea, y para muchos y diversos aspectos de Interior y Justicia".

"Cada año, los europeos dedican aproximadamente 11.000 millones de euros al consumo de helados, mientras que 174 de cada mil niños africanos se mueren antes de la edad de cinco años", explicó el político conservador británico para martillear sobre lo que ha convertido en principal objeto de batalla desde que llegó a Bruselas: agilizar la ayuda externa comunitaria eliminando trabas. La Unión Europea (UE) concede el 55% de toda la ayuda pública internacional al desarrollo y un 66% de toda la ayuda general. "Pero el dinero no se gestiona adecuadamente (...), el personal es escaso (...), tenemos que trabajar sometiéndonos a unos procedimientos absurdamente complejos impuestos por los Estados miembros", añadió.