"Que salga bajo fianza o con un brazalete, pero que salga"

"Queremos que Joaquín José tenga un juicio rápido, que en cuestión de pocos meses quede demostrada su inocencia", declaró ayer desde Miami la madre Sara Martínez en conversación telefónica con El PAÍS. La otra gran reivindicación de la familia, añadió, es que Joaquín José obtenga la libertad provisional a la espera de su segunda cita con un jurado. "Que salga bajo fianza, bajo arresto domiciliario o con un brazalete electrónico, pero que salga", dijo.Sara comentó que los padres están dispuestos a pagar los 10 dólares diarios que cuesta el brazalete electrónico, que señala constantemente a las autoridades la ubicación exacta de miles de procesados en Estados Unidos. Hablando de dinero, Sara añadió que la contratación de un buen nuevo equipo de abogados para su hijo bien pueden costar unos 60 millones de pesetas.

"Es increíble que probar la inocencia cueste tanto en este país" dijo. El matrimonio se ha gastado, en el primer juicio y en la apelación del abogado ante el Supremo, unos 40 millones de pesetas, en buena medida fruto de contribuciones solidarias de miles de españoles.

En el momento de su conversación con EL PAÍS, Joaquín y Sara Martínez no habían podido todavía hablar con su hijo, recluido en el corredor de la muerte de la prisión de Raiford. Fue el cónsul de España en Miami, Javier Ballaure, el que le comunicó por teléfono a Joaquín José, tres horas después de divulgado el fallo del Supremo de Florida, que ya no tiene una cita con el verdugo. Éste calificó el hecho "de grandísima notricia". Desde ayer, Joaquín José, que hace poco declaró que sueña con volver a ver el mar y pisar la arena, vuelve a ser inocente mientras no se demuestre lo contrario.

Peter Reuben, el abogado que ha ganado el recurso, es un especialista en apelaciones y no se hará cargo de la defensa en el segundo juicio ya que no es un experto en procesos de primera instancia.