El Gobierno de Bono se muestra cauto ante el proyecto

El Gobierno de Castilla-La Mancha, que preside el socialista José Bono, se mostró ayer cauto hasta conocer más en detalle el trazado propuesto por el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, para el futuro tren de alta velocidad que unirá Madrid y Valencia. "Parece un poco confuso", afirmó el vicepresidente del Ejecutivo regional, José María Barreda. Según la propuesta de Álvarez Cascos, el nuevo AVE tendrá parada en Cuenca y ramales a Albacete y Toledo.Con esta nueva alternativa, Fomento quiere ganar tiempo, retrasando el proyecto, según Barreda, con "una propuesta nueva que habrá que estudiar con detenimiento y que implica un nuevo periodo de alegaciones y estudios técnicos".

El presidente regional del PP, Agustín Conde, cree que la alternativa propuesta por Cascos "podría satisfacer razonablemente a todas las partes". Conde considera un "hecho insólito" que las cinco capitales manchegas puedan estar conectas entre ellas y con el resto del país a través del AVE.

La incorporación de Toledo a la red de alta velocidad convierte a esta ciudad en una de las más beneficiadas en el caso de que se confirme que el trazado de Fomento es el definitivo. Un beneficio que, según el PP, llegaría por partida doble, ya que Toledo quedaría conectada tanto con la línea Madrid-Sevilla como con la que unirá Madrid y Valencia.

En Cuenca también había satisfacción. "Al fin se nos ha dado la razón", afirmó un portavoz de la Plataforma Cívica Pro-AVE, un movimiento ciudadano creado para conseguir que la ciudad manchega no quedara al margen del trazado del tren de alta velocidad.