Multas de un millón por gritar en Granada

El Ayuntamiento de Granada podrá sancionar con multas de entre 100.000 pesetas y un millón a quienes canten o griten en la calle en horario nocturno (de 23 a 7 horas). Así se contempla en la nueva Ordenanza municipal de protección del ambiente acústico, que el Gobierno tripartito de la ciudad (PSOE, IU y PA) prevé aprobar inicialmente en el próximo pleno de junio.La norma extiende la prohibición de "cantar, proferir gritos, hacer funcionar aparatos de radio, televisores, instrumentos musicales, tocadiscos, mensajes publicitarios y altavoces" al resto del día, siempre que el ruido emitido supere los 27 decibelios.

La ordenanza también prohíbe la instalación de discotecas en edificios de viviendas, obliga a los pubs a poner una puerta doble y limita el aforo de los bares que se encuentren en calles de tres metros o menos de ancho a 20 personas. Esta última medida afectará sobre todo a los barrios del Albaicín, Realejo y a la zona centro. El edil de Medio Ambiente, Baltasar Garzón (IU), cree que la ordenanza se aprobará definitivamente en septiembre, tras recibir las alegaciones. Garzón admitió que la norma permitirá a la Policía Local tomar medidas contra los jóvenes de la movida que griten o canten.

La nueva norma municipal toma como referencia la Ordenanza tipo de la Junta de Andalucía de Protección Acústica Ambiental, que el Consistorio granadino ha adaptado a las necesidades de la ciudad. Una de las principales novedades es la reducción de 30 a 27 decibelios del límite máximo de ruido que un ciudadano puede soportar en su domicilio. Garzón explicó que este recorte de tres decibelios "es sustancial" y mejorará el nivel de contaminación acústica.

Seis agentes de la Policía Local, equipados con instrumentos de medición (sonómetros) se encargarán de garantizar el cumplimiento de la ordenanza. La norma contempla infracciones graves y leves. Las graves, por ejemplo "exceder los límites de emisión sonora en más de seis decibelios", estarán sancionadas con multas de entre uno y 2,5 millones. Quien cometa una leve, como cantar y gritar por la noche o por el día por encima de los 27 decibelios, deberá pagar entre 100.000 pesetas y un millón. Cada infracción lleva aparejada una serie de atenuantes y agravantes que hacen oscilar la cuantía.