Un siglo de crimen organizado
» Bonnano: Sus orígines se remontan a principios de siglo. Su cuartel general estaba en Brooklyn. En los años veinte, los Bonnano eligieron mantener un perfil relativamente más discreto que el resto de las familias. Establecieron entonces unas redes que les servirían para los siguientes 30 años en el norte de EEUU, en Buffalo y Detroit, y en Canadá. Su jefe histórico, Joe Bonnano, decidió retirarse en Arizona en 1968, pero las luchas del poder dentro del clan y del resto de las familias de la Cosa Nostra precipitaron su vuelta con un regalo envenenado, unas memorias tituladas Joe Bonnano Hombre de honor que ayudaron a encarcelar a muchos capos mafiosos. Es la familia que tradicionalmente ha sacado la mayoría de sus beneficios del tráfico de drogas.» Genovese: Es sin duda la familia más poderosa de la Cosa Nostra. Durante los años veinte y treinta estuvo en manos del demasiado famoso para su gusto Lucky Luciano, que murió de un ataque al corazón en 1962. Su sucesor, Vito Genovese, acabó en la cárcel, acusado de tráfico de heroína donde murió en 1969. En los setenta, varios capos reivindicaron el mando de la familia que acabó en manos de Fat Tony Salerno hasta que fue encarcelado por las alegaciones de Bonnano. Tomó el relevo Chin Gigante hasta que fue acusado de extorsión en 1997. Ahora se pasea en bata por la cárcel alegando locura.El actual capo es Dominick (Quiet Dom) Cirillo. Sigue siendo la familia más rica de Nueva York.
» Gambino: nació en los años veinte, una de las últimas en crearse entre las cinco familias. Uno de sus jefes históricos Carlo Gambino se convirtió en 1967 en el Capo di capi de la mafia durante los años setenta. En 1976 se convirtió en el primer miembro de su familia en morir de causas naturales. No sería así con su sucesor, Paul Castellano que fue asesinado en una calle de Nueva York, en diciembre de 1985 delante del Spark Steak House, por uno de los capos más ambiciosos de la organización John Gotti que pronto se convirtió en la figura más conocida de la mafia. Pero se confió. El FBI consiguió grabar varias conversaciones que llevaron a su encarcelamiento en 1992. Allí sigue. El principal testigo de la acusación fue Sammy The Bull Gravano, su mano derecha. El hijo de Gotti y presunto sucesor fue ascusado de extorsión a finales del año pasado. Su tío Peter Goti está ahora al mando de la familia muy debilitada.
» Luchese: Desde su creación a principios de siglo ha sido una de las familias más discretas. Con base en el Bronx se enriqueció esencialmente con el juego y la heroína pese a la norma oficial de la Cosa Nostra de no traficar con drogas. Su jefe histórico fue Tommy Luchese que mandó a partir de principios de los cincuenta. En los años ochenta, el nuevo capo Tony Corallo diversificó los negocios de la familia a la construcción que sigue siendo uno de los principales negocios de la mafia en Nueva York. Su sucesor Vittorio Amuso acabó en la cárcel en 1991, traicionado por uno de los suyos, Peter Chiodo. Amuso ha designado al actual capo JoeDeFede.
» Colombo: Los principios de su historia están marcados por el reino de su histórico capo, Joe Profaci, que dominó la organización durante 30 años, hasta principios de los sesenta y que dio nombre a la familia. Esta empezó a llamarse Colombo poco después de que Joe Colombo se hiciera cargo del mando. Personaje público creó una organización de derechos civiles a favor de los italianos. En 1971 fue herido de gravedad en un atentado que le incapacitó de por vida, lo que dejó sitio a Carmine Persico que dominó la familia hasta principios de los noventa pese a pasar la mayor parte del tiempo en la cárcel. Su designado sucesor, Andy Ruso, está a la cabeza de la familia, minada por las luchas internas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.