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LA CRISIS DEL PAÍS VASCO

Mayor asegura que la política antiterrorista pasa por neutralizar el frente nacionalista

Luis R. Aizpeolea

El ministro del Interior, Jaime Mayor, aseguró ayer que la política antiterrorista contra ETA pasa por neutralizar al frente nacionalista. "Esto no es política partidista, es política de Estado", aclaró, porque "el Pacto de Estella, en el que se basa el frente nacionalista, da oxígeno político a ETA y es un proyecto excluyente para los vascos no nacionalistas". La afirmación de Mayor, en la presentación de sus proyectos ante la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, levantó la polémica. PNV y EA la rechazaron totalmente; PSOE, CiU e IU introdujeron algunos matices.

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La exposición que Mayor hizo de su estrategia antiterrorista en su primera comparecencia, en esta legislatura, ante la Comisión de Interior, estuvo teñida de claves políticas y abrió una intensa polémica, en la que intervinieron los portavoces de todos los partidos, sobre su doble papel de ministro del Interior y dirigente político vasco, y sobre si es posible distinguir entre la estrategia antiterrorista y la política vasca.El ministro empezó por distinguir tres fases "excepcionalmente complejas" en la estrategia de ETA: una, hasta septiembre de 1998, en la que la banda trató de forzar una negociación con el Gobierno y alterar su política penitenciaria con una campaña de asesinatos. La segunda, hasta diciembre de 1999, con la tregua indefinida, el Pacto de Lizarra (Estella) y "una ofensiva nacionalista contra Francia y España como nunca había ocurrido en la historia de la democracia". Y la tercera, la actual, con el regreso de ETA a la violencia con el argumento de que el PNV y EA "no cumplieron sus compromisos soberanistas".

Mayor dijo que esta experiencia le reafirma en su estrategia y principios de que "no habrá diálogo con ETA mientras mate" y de que "un diálogo con ETA no pasa por pagar un precio político por el cese de la violencia". "Los asesinos tienen que tener claro que el Gobierno nunca les hará concesiones políticas".

El ministro identificó el Pacto de Lizarra, presentado como la pista de aterrizaje de ETA, como un proyecto exclusivo para los nacionalistas (PNV, EA y EH), que elimina a los no nacionalistas, y provoca la división en la sociedad vasca. Por ello, insistió en que el giro que su Gobierno reclama al PNV para la normalidad democrática en Euskadi no basta con la ruptura de sus pactos con EH, sino que pasa por "la disolución del frente nacionalista y su abandono de la estrategia soberanista". En esas condiciones, Mayor definió como un "absurdo" la separación entre medidas policiales y políticas para combatir a ETA. "Hay medidas democráticas", enfatizó.

Criminalización del PNV

Su exposición originó una dura réplica del representante del PNV, Joxé Joan González de Txabarri, que le acusó de "excederse en sus competencias como ministro del Interior" y de actuar "como el ministro del País Vasco". Tras afirmar que "el PNV no va a renunciar a los principios democráticos de Lizarra", reclamó a Mayor que separe su papel como ministro del Interior para combatir a ETA -cuya disolución exigió- y el de dirigente del PP vasco "que extiende el combate contra ETA a una criminalización del nacionalismo".

Txabarri acusó a Mayor de "equivocar los papeles" por su "política de acoso y derribo del Gobierno vasco y por fomentar mayorías alternativas y la movilización social contra el PNV", pues "actúa", dijo, "como candidato del PP en Euskadi". En esta línea, pidió la dimisión, por "salud democrática", del delegado del Gobierno en Euskadi, Enrique Villar, contra el que el Ejecutivo de Vitoria ha presentado una querella criminal por calumnias y prevaricación. Villar justificó en unas declaraciones públicas que Interior no entregase a la Ertzaintza datos sobre la lucha contra ETA argumentando que el PNV tiene intereses coincidentes con los de la banda terrorista.

La distinción del papel de Mayor como ministro y dirigente político vasco tuvo acogida en otros grupos. Manuel Silva, de CiU, expresó su preocupación por que "el Gobierno confunda al enemigo (ETA) con el adversario (el PNV)". "Debe separar el tricornio de la txapela", dijo. Mayor le contestó. "Nunca me he puesto una txapela".

El socialista Ramón Jáuregui expresó a Mayor el apoyo incondicional a su política antiterrorista, e incluso a sus exigencias al PNV para que dé un giro a su estrategia soberanista. Pero le pidió que distinguiera entre "la estrategia antiterrorista y la política a seguir en el País Vasco". "Esta segunda parte afecta al ámbito de los partidos y en ella seguiremos buscando el entendimiento con las fuerzas de Euskadi para orientar el final de la violencia", dijo en alusión al PNV.

Felipe Alcaraz, de Izquierda Unida, se alineó con las posiciones del PSOE y CiU.

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