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Posada vincula la financiación autonómica con un nuevo sistema para pagar la sanidad pública

Jesús Posada, ministro de Administración Pública, alertó ayer sobre una complicación que rondará la próxima negociación del sistema de financiación autonómica. Posada vinculó el pacto entre las administraciones regionales y el Estado que debe establecer los mecanismos de financiación de las comunidades autonómas durante un quinquenio a partir del 1 de enero de 2002 con el estudio de "un nuevo modelo de financiación de la sanidad", el auténtico talón de Aquiles del gasto público. Eduardo Zaplana, por su parte, pidió "un plus de sensibilidad" a los distintos responsables autonómicos para que renuncien a trabar las futuras negociaciones con exigencias relativas a la deuda histórica.

El sistema público de sanidad consume un enorme porcentaje del gasto del Estado y su crecimiento sigue una progresión geométrica. La intención del Gobierno es culminar el proceso de transferencias de la sanidad a todas las comunidades autonómas a lo largo de la presente legislatura, pero ese traslado exige un nuevo modelo de financiación. Así lo anunció el ministro de Administración Pública durante la presentación de un libro sobre financiación autonómica coordinado por el diputado nacional del PP Vicente Martínez Pujalte, que ha sido editado por Bancaixa.Hasta la fecha, el Estado estimaba el gasto predecible en Sanidad y dotaba a las administraciones regionales de los fondos necesarios. Las desviaciones en el gasto previsto se negociaban con posterioridad entre los responsables de la Hacienda estatal y de las distintas comunidades autónomas. Una mesa en la que el Estado solía rebajar su propia desviación para reducir la compensación a los gobiernos regionales.

Ese tira y afloja fue el origen de los denominados "derechos definidos", una figura que crearon los últimos responsables socialistas de las arcas de la Generalitat para hacer frente a los gastos sanitarios una vez superado el crédito asignado por el Estado con carácter previo.

La posibilidad de cerrar un nuevo modelo de financiación de la sanidad se traduciría en una efectiva corresponsabilidad en el gasto del Estado y las comunidades autonómas, pero puede complicar mucho las negociaciones sobre el nuevo sistema de financiación autonómica que entrará en vigor en 2002.

La dotación de los sistemas sanitarios transferidos ha sido origen histórico de las reclamaciones de las administraciones regionales frente al Estado, sobre todo en el caso de Cataluña. Zaplana, que reiteró las líneas maestras de su propuesta sobre financiación autonómica, aprovechó la ocasión para tirar tierra sobre las exigencias de los catalanes.

Conceptos manipulables

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Según el presidente de la Generalitat, "no parece oportuno que se realicen apelaciones fáciles a conceptos como el de saldo resultante de las diversas balanzas fiscales entre las comunidades autonómas y la Administración central". Zaplana invocó un "plus de sensibilidad" para dejar al margen las deudas históricas porque "son conceptos muy manipulables que levantan expectativas desproporcionadas, tanto por acción como por reacción".

El presidente de la Generalitat sugirió que la Comunidad Valenciana también podría plantear reivindicaciones paralelas, pero comentó: "No creo que sea esa la vía que los ciudadanos apoyan". Y culminó la retahíla contra Convergència i Unió recordando que los nacionalistas catalanes son los primeros críticos hacia un modelo, el vigente en la actualidad, que se estableció con su apoyo.

También hubo estopa para los andaluces. En este caso Zaplana apeló a la "responsabilidad y la coherencia" y rechazó "la introducción de cuñas demagógicas en la prestación de pensiones" -como propuso el socialista Manuel Chaves en la campaña previa a las últimas elecciones en Andalucía-, al tiempo que se reiteran "apelaciones a un mayor apoyo por parte de los poderes centrales del Estado".

Los mecanismos de solidaridad interterritorial que debe introducir el futuro sistema de financiación, de acuerdo con la idea que transmitió el propio Zaplana después de su reciente entrevista en La Moncloa con José María Aznar, presidente del Gobierno, apenas surgieron en el discurso. El presidente de la Generalitat apenas comentó que "sería deseable que el modelo fuera autosuficiente en sí mismo y que no requiriera mantener la apelación al Estado como último recurso" para garantizar "la solidaridad interterritorial".

La negociación está lejos. Aznar comentó ayer a la directiva del PP que el debate se abordará el próximo curso. Entonces, como recordó Posada, surgirá "ese diablo que está en los detalles".

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