"Habrá un permanente estado de guerra comercial con Europa"
William Daley, secretario estadounidense de Comercio desde diciembre de 1996, llegó a Madrid la semana pasada desde Lisboa. Allí acompañó al presidente Clinton en su intento por limar las diferencias comerciales que enfrentan a la Unión Europea y Estados Unidos. Hay varios contenciosos en pie. Una guerra del plátano y la negativa de la UE a importar carne hormonada. La denuncia europea contra la política fiscal de EEUU que permite a sus empresas exportadoras pagar impuestos en paraísos fiscales y la acusación cruzada de EEUU sobre subvenciones de Bruselas al fabricante aeronáutico Airbus. Hay sanciones. Las que EEUU ha impuesto por el conflicto del plátano y las que Europa está pensando imponer si los estadounidenses no cambian su política de ayudas fiscales. Clinton no quiere que estas disputas desemboquen en una guerra comercial. Pero Daley no es optimista al respecto.
Pregunta. Entre las varias disputas comerciales que existen entre EEUU y la UE, ¿cuál será la más difícil de zanjar?
Respuesta. La de los impuestos que pagan las empresas exportadoras de EEUU a través de sus sedes en paraísos fiscales. Es la más complicada, por los miles de millones de dólares que están en juego. . Comprendimos la preocupación de la OMC, así que hicimos una propuesta para cambiar razonablemente nuestras leyes, que creemos que funcionará, pero, desafortunadamente, ésta fue rechazada por la Comisión Europea. Nosotros vamos a continuar con nuestra reforma legislativa y esperamos seguir trabajando para alcanzar un acuerdo con la UE en los próximos dos meses. Pero si la UE actúa en contra de estas exportaciones multimillonarias, el impacto no sólo será perjudicial para EEUU, sino también para Europa.
P. La OMC ha dado a su país plazo hasta el 1 de octubre para que reforme su legislación respecto a las exportaciones desde paraísos fiscales. ¿Harán la reforma a pesar de que EEUU se halla en periodo preelectoral?
R. Sí, lo haremos en la forma en que creemos que solucionará el problema. Pero la cuestión es si lo aceptará la UE, y hasta el momento parece que no será así.
P. Entonces van a reformar la ley, a pesar de que ya saben que ese cambio no será aceptado por la Unión Europea.
R. Sí, lo haremos porque creemos que nuestra solución es la correcta. La UE tendrá que volver a la OMC y alegar que nuestra ley no es consistente con los principios del comercio mundial.
P. Con esa actitud, este caso durará años, como el del plátano.
R. Bueno, en el conflicto del plátano, nosotros tenemos dos decisiones de la OMC a nuestro favor, y, a pesar de ello, el problema se ha extendido durante años. Lo mismo sucede con la exportación de carne hormonada, que lleva rodando 10 años. No hay voluntad política de resolver ambos litigios. En el caso de la carne hormonada, no hay evidencia científica de que sea perjudicial para la salud humana y nosotros no tenemos problemas con este tipo de carne en EEUU. Creo que el miedo a las vacas locas está siendo utilizado por algunos para obstaculizar la entrada de este producto en la UE.
P. También hay una fuerte oposición de los consumidores europeos a la carne hormonada.
R. Nosotros decimos: pon enfrente del consumidor carne europea y carne hormanada de EEUU, y si el consumidor dice que no, es no. Pero ahora no tiene la posibilidad de decidir.
P. Por lo que usted dice, habrá un permanente estado de guerra comercial entre la UE y EEUU.
R. Sí, lo habrá. Pero en buena parte es por el inmenso volumen de comercio que hay entre los dos bloques. Seguiremos teniendo conflictos, que trataremos de ir sorteando. No obstante, el comercio entre la UE y EEUU es muy fuerte. Pese a los conflictos, la relación comercial sigue creciendo y seguirá por ese camino.
P. ¿Ayudan las sanciones comerciales impuestas por EEUU por el conflicto del plátano a mejorar las relaciones?
R. Las disputas comerciales no ayudan, y menos aún las sanciones. Pero algunas veces las sanciones son necesarias, porque se necesitan compensaciones o algún tipo de respuesta cuando se rompen las reglas de juego.
P. Si el Gobierno de EEUU cree que las sanciones no solucionan nada, ¿por qué reformará su legislación para poder actualizar la lista de productos europeos castigados cada seis meses?
R. Tomemos, por ejemplo, el caso del plátano. Estados Unidos tiene los dictámenes de la OMC a favor. Pero la UE aún no ha adoptado una resolución que cumpla con esos dictámenes, así que lo que el Congreso de EEUU piensa es que, si se rotan los productos afectados por las sanciones, tal vez haya resolución de una vez por todas. El presidente Clinton no está a favor de que esta reforma legislativa sea aprobada, porque también daña a nuestras empresas importadoras, pero lo cierto es que la UE debe tomar una decisión definitiva en este asunto.
P. ¿Se abre otra larga disputa con el enfrentamiento por Airbus y Boeing?
R. Airbus existe desde hace unos 20 años y ahora tiene casi la mitad del mercado mundial. Se puede comprender que los Gobiernos de Europa hayan apoyado con fondos al consorcio aeronáutico en su inicio para despegar y ser exitoso. Pero ahora es una compañía exitosa y nuestra preocupación es si los préstamos actuales a este grupo son realmente préstamos o más bien subsidios. Porque si el proyecto Airbus fracasa..., ¿el grupo devolverá esos fondos? Creemos que muchos de esos préstamos, si no son subsidios, están en el borde de serlo. Por otra parte, sabemos que la UE cree que los contratos de Boeing con la NASA o el Departamento de Defensa son subsidios indirectos. Pero no es así: Boeing recibe dinero por su trabajo, al cumplir sus contratos.
P. ¿Otro caso para la OMC?
R. Sí; si el enfrentamiento continúa, muy probablemente culmine en un tribunal de la OMC.
P. Como abogado, y galardonado además..., ¿cree que las leyes Helms-Burton o Kennedy-D'Amato se ajustan al derecho internacional?
R. Sí, son correctas por lo que nosotros llamamos razones de seguridad nacional.
P. Después de todos estos años, ¿cree usted que las sanciones contra Cuba, Libia e Irán han servido para algo?
R. Si se piensa que las sanciones no funcionan y las quitamos, ¿qué mensajes estamos dando? Que las imponemos para castigar una conducta o por razones de diferencias políticas. Las sanciones son tan importantes que deben mantenerse aun cuando sean negativas para nosotros mismos o perderían su sentido. En Cuba, pese a las sanciones, las cosas no han cambiado lo suficiente, y si creyéramos que lo que hacemos no vale la pena levantaríamos las sanciones y nos dedicaríamos a hacer negocios allí.
P. ¿Ha habido algún avance en la reanudación de las negociaciones para lanzar una nueva ronda comercial en el marco de la OMC tras el fracaso de Seattle?
R. Ha habido pequeños avances en la clarificación de las posiciones en ciertos temas, pero el lanzamiento de una nueva ronda de liberalización del comercio mundial depende de cuán fuerte sea la voluntad de Europa y EEUU. Todos tenemos que ceder en algo y Europa no está dispuesta a cambiar de actitud en el tema de la agricultura. Y esto no es una simple crítica, soy consciente de que es un gran desafío político, pero Europa tiene que abordarlo.
P. ¿Por qué esperó EEUU a la cumbre de Seattle para firmar un tratado contra el trabajo infantil si durante años se negó a suscribir los redactados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT)?
R. Nosotros queríamos firmar ese acuerdo, porque creemos que la OIT debe ser reconstruida y que debe cobrar mayor importancia. La OIT no tiene capacidad de sanción como la tiene la OMC, y creo que si vamos a ser serios en este tema tenemos que reforzar a la OIT.
P. ¿Cuándo entrará China en la OMC?
R. A más tardar, a finales de este año.
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