El diluvio sobre Montserrat dañó los edificios, pero no la biblioteca y el museo
Desolación y una inversión que se prevé multimillonaria para recuperar la montaña y el monasterio de Montserrat. Era la imagen que ayer ofrecía la montaña. Mientras, intentando superar su impotencia, los trabajadores de los restaurantes y de la abadía se esforzaban en sacar el lodo y el barro de las instalaciones inundadas. Los daños materiales y en infraestructuras son, en estos momentos, incalculables. Pero, a pesar de la amplia afectación de las dependencias de la abadía, el rico patrimonio histórico-artístico que contienen su museo y su biblioteca no se ha visto afectado por las inundaciones.
El recinto de la iglesia y las dependencias de los monjes tampoco se vieron afectadas por la tromba de agua que descargó en la montaña. Como destacaba ayer el monje Joan Vinyeta: "Dentro de la desgracia que hemos padecido, hemos tenido la suerte de no tener ninguna víctima". "El edificio donde residen los niños de la Escolanía se evacuó cuando en algunas habitaciones ya había un palmo de agua y justo un momento antes de que cediera uno de los muros posteriores del edificio", explicaba ayer el prior de la comunidad, Josep Maria Cardona.Entre las instalaciones afectadas por la virulencia del temporal figuran la Santa Cueva, el camino que lleva a la misma y los dos funiculares de la montaña. De estas instalaciones se han salvado la maquinaria de arrastre, el cable y las construcciones superiores.
La del sábado es la mayor inundación que se recuerda en Montserrat, un monasterio que en 1973, 1986 y 1994 sufrió otras graves inundaciones y dos incendios, en 1986 y 1994.
Los 237 litros por metro cuadrado que cayeron el sábado originaron un mar enfurecido de grava, piedras y lodo que se desplomó sobre una parte del monasterio y destrozó cuanto encontró a su alcance: unos 40 coches estacionados en el exterior y en el aparcamiento, los bares, los restaurantes, las oficinas de correos y de La Caixa, la tienda de recuerdos, las instalaciones del servicio de prensa, el centro de acogida, las plantas inferiores de los apartamentos de celdas para visitantes, las cocinas y los comedores del hotel Abad Cisneros, las dependencias de la Fundación Abadía de Montserrat 2025, las plazas antesala del monasterio, la cocina y el comedor de los monjes.
Si un miembro de la comunidad benedictina ha vivido con especial abatimiento las consecuencias de la tormenta ha sido el abad, Josep Maria Soler i Canals, quien recientemente, tras ser investido, perdió a su madre. La bendición del nuevo abad (toma de posesión oficial del cargo) estaba prevista para el próximo día 24, pero los acontecimientos la pospondrán con toda seguridad.
Monjes evacuados
Entre el barro y el lodo, las furgonetas de los Mossos d'Esquadra evacuaban a los monjes mayores o con problemas físicos, unos 30, que residirán temporalmente en la comunidad de jesuitas de la Cova de Manresa.
Los niños de la Escolanía han tenido que dar por acabado su curso escolar de forma repentina y no está previsto que regresen al monasterio hasta agosto.
Había abatimiento en la comunidad, en los trabajadores, en los pocos visitantes que ayer pudieron acceder al monasterio y, entre ellos, en los duques de Palma. La infanta Cristina e Iñaki Urdangarín quisieron mostrar el apoyo de la Casa Real a la comunidad. La Infanta, tras una visita por el interior de algunas de las dependencias más afectadas, intentó transmitir ánimos a la comunidad "para la limpeza de toda la zona". La Infanta se comprometió a explicar al Rey todo lo que vio ayer en Montserrat.
En los próximos días se intensificarán los trabajos de limpieza, que en la tarde de ayer ya se aceleraron con la presencia de máquinas excavadoras.
El patronato pide a los ciudadanos que se abstengan de ir al monasterio
El Patronato de la Montaña de Montserrat solicitó ayer que los ciudadanos "se abstengan de subir" al monasterio. Esta petición tiene como objetivo facilitar los trabajos de evaluación de los daños ocasionados por la tormenta y las primeras actuaciones de desescombro y restauración. El patronato afirma, en un comunicado dado a conocer ayer, que a causa de la tromba de agua han resultado afectados los accesos, las infraestructuras, los equipamientos y, como consecuencia, los servicios del santuario y el conjunto de caminos del parque natural.La Fundació Abadia de Montserrat 2025, dedicada a encontrar la implicación de instituciones y de empresas privadas en la rehabilitación y recuperación de las instalaciones del monasterior, se ha quedado sin instalaciones, sin archivos, y con todo el trabajo de los últimos cuatro años enterrado bajo toneladas de piedras y lodo. Si hasta ahora la entidad ya tenía sentido por haber logrado más de 700 millones de pesetas para Montserrat, ahora aún lo tendrá en mayor grado porque la inversión necesaria puede ser muy superior.
Josep Maria Sinca, director de la fundación, explicaba ayer con impotencia que ante hechos como el del sábado "ves que a pesar de tu esfuerzo la naturaleza te va en contra y te quedas un poco fastidiado". "Hemos gastado mucho dinero en la construcción de infraestructuras como la fibra óptica, los colectores y las cloacas que han quedado afectados, pero debemos saber en qué medida", se lamentaba.
En estos servicios, la fundación había invertido en los últimos tres años unos 100 millones de pesetas, y en la recuperación del edificio denominado de la Escolanía se están invirtiendo algo más de 600 millones.
La tromba de agua ha dejado a la fundación sin dependencias, sin ordenadores, sin archivo. Ayer Sinca sólo pensaba en el volver a empezar y para ello solicitaba nuevos donativos que se pueden canalizar a través del número de teléfono 902 20 25 00.
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