Francia advierte a Alemania de que el debate federal perjudica a la UE

El ministro francés de Exteriores, Hubert Védrine, asegura en una carta abierta a su homólogo alemán, Joschka Fischer, que es necesario evitar cualquier debate polémico sobre el futuro federal de Europa, ya que podría tener el efecto perverso de ralentizar la reforma de la Unión Europea.Francia ha respondido, por el momento, con gran precaución a la propuesta de Fischer, quien en un discurso pronunciado en mayo estableció como objetivo a largo plazo el logro de una Europa federal. Ambos países sentaron este viernes, durante la cumbre bilateral de Maguncia, las bases de una reforma de la UE.

Védrine asegura en su carta abierta, publicada ayer por el diario Le Monde, que Francia no podrá conducir reforma alguna de la Unión durante su presidencia rotatoria, que comienza el 1 de julio, si el debate sobre el federalismo provoca profundas divisiones entre los países miembros. "Si los Quince no alcanzan un acuerdo sobre la reforma del número de votos [de cada país] ni en la mayoría cualificada, el tamaño de la Comisión y en una mayor cooperación, ¿qué bien aportará la especulación, que enfrentará unos con otros, acerca de cómo debe ser Europa dentro de 10 o 20 años?", se pregunta.

"No podemos llevar a cabo nuestra responsabilidad y poner sobre la mesa un proyecto, que tiene todas las posibilidades de salir adelante, como parece hoy, y al mismo tiempo alentar las profundas divisiones entre los Estados miembros".

Algunas de estas reformas claves, a las que hace referencia Védrine, incluyen el recorte del derecho de veto o la reforma de la ponderación del voto, dando mayores poderes a los Estados grandes y poblados a cambio de un recorte del número de sus comisarios. Védrine sostiene que la mejor manera de dar a Europa una visión más dinámica sobre su futuro institucional es asegurarse de que la Conferencia Intergubernamental, prevista en diciembre en Niza, sea un completo éxito. El ministro francés desea que se superen las contradicciones de los llamados males institucionales, pero sin provocar en el camino una profunda crisis real.