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El nombre de ETA en vano

Derrotado el fascismo en Italia, cuando alguna persona quería descalificar a otra después de 1945 le atribuía sin ninguna duda el pertenecer a los grupos de Benito Mussolini. Ante esta abusiva costumbre el comunista Palmiro Togliatti salió al paso pidiendo rigor. En un ensayo reclamaba que el adjetivo de fascista solamente aplicara a aquellos que fueran partidarios del partido único, de la desaparición de las libertades y de un régimen policiaco. Había quien podía ser autoritario pero no fascista y los matices son siempre muy importantes. Este toque de atención continúa siendo válido para cualquier situación. Viene al caso este deseo de matizar dado que en las últimas semanas se utilizan descalificaciones utilizando ETA. Veamos algunos ejemplos empezando por el de menor cuantía.El Fútbol Club Barcelona está en pleno periodo electoral y el presidente saliente, Josep Lluís Núñez ha calificado de "grupo terrorista" a quienes han ejercido con cierta claridad y contundencia la oposición a su presidencia. El nombre del mismo grupo, Elefant Blau, tiene unas dosis de candidez e ingenuidad que ya muestran que poco tienen que ver con una actividad de tipo violento. Sin embargo, Núñez, no solamente les ha calificado de grupo terrorista sino que ha advertido que será beligerante ante cualquier candidatura que incluya a algún miembro de este colectivo. Ridículo.

Alejandro Font de Mora del PP ha expresado que Acció Cultural recuerda "de alguna manera lo que ha pretendido hacer el brazo político de ETA en el País Vasco" lo que constituye "una bomba de relojería puesta en las entrañas del sistema democrático". Si Núñez y Font de Mora cogen un papel en blanco, un lápiz y una goma de borrar verán que ni el Elefant Blau ni Acció Cultural tienen ninguna de las características de las que utilizarán para definir un grupo terrorista como es ETA. Para no emponzoñar la vida colectiva se debe exigir no utilizar las palabras en vano.

Sin embargo el caso más extremado de utilización del nombre de ETA en vano pertenece a Jaime Mayor Oreja. Este abuso de lenguaje no lo realizó en un acto de menor importancia sino en la toma de posesión de Enrique Fernández-Miranda como primer delegado del Gobierno para la Extranjería y la Inmigración con rango de secretario de Estado. La frase completa del nieto de Marcelino Oreja fue la siguiente: "La inmigración es el problema número uno para la convivencia en España en la próxima década. Si ETA es un problema del siglo XIX, la inmigración será la piedra angular de la convivencia". Nada de esta frase tiene sentido por lo que es de lamentar que no haya levantado una oleada de disentimientos. De entrada hay que decir que, desgraciadamente, ETA no es un problema del siglo XIX sino del siglo XX y por el camino que vamos del siglo XXI. Por otro lado, es difícil encontrar precedentes del tipo de terrorismo de ETA en el siglo XIX sino que es más bien algo propio de la Europa posterior a la II Guerra Mundial. Pensemos en las Brigadas Rojas italianas, el IRA irlandés o el grupo Baader-Meinhof alemán. Sin embargo lo que es más brutal es llevar al ánimo de los españoles que la inmigración no sólo será el principal problema de convivencia en España sino que además tendrá características de asesinatos llevados a cabo por grupos organizados y con objetivos políticos de tipo independentista. Me preocupa tanto la dureza de Mayor Oreja como el silencio que la ha rodeado. Me parece un enorme desacierto y así lo quiero hacer constar. En el caso de El Ejido no ha habido ningún síntoma de que hubiera alguna acción de este sentido sino que más bien en la opinión pública ha calado una actitud nada humanista por parte de la mayoría de los ciudadanos y poderes autóctonos más que en los foráneos.

En dicha toma de posesión Mayor Oreja entendió que la actual Ley de Extranjería elaborada por el dimitido ministro Pimentel era un efecto llamada cuando este efecto es el causado por el anuncio de que se hará una ley muy restringida por lo que es urgente llegar a España antes de que entre en vigor. Por lo tanto, quienes han originado la llegada más numerosa de inmigrantes que en el pasado son aquellos que anuncian el establecimiento de una "inmediata" ley restringida. Las mafias, ante este anunciado cambio legislativo, se han visto excitadas, desde mi punto de vista lamentablemente, con lo que quienes desean combatirlas, por falta de reflexión, son los que han provocado su constitución y su expansión. A todo ello hay que añadirle que se habla de ETA como algo equiparable a la inmigración pero no se dice que son necesarios más de 100.000 inmigrantes al año para la economía española cuando Mayor Oreja por falta de estudio el año pasado solamente estableció un cupo de 30.000. Lo dicho, poco estudio y el nombre de ETA en vano.

Ernest Lluch es catedrático de Historia del Pensamiento Económico.

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