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Entrevista:

FRANCISCO YNDURÁIN Físico de partículas y académico "La sociedad española debe tomarse la ciencia en serio"

Francisco Ynduráin esta metido en física de partículas desde 1962: es catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, ha sido miembro del comité de política científica del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) y asesor científico de IBM, etcétera. Es una de las grandes figuras de la física teórica y entre sus libros destaca La teoría de quarks y gluones, editado en inglés y en ruso. Pero, además, es miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, una institución que tal vez carece del protagonismo y el lustre que tienen las academias de ciencias en otros países. Ahora, una nueva generación de académicos intenta sacarla del sopor, rejuvenecerla y ponerla al día, e Ynduráin (de 59 años) es uno de ellos. Fue nombrado académico en 1992 y no tomó posesión del cargo hasta cuatro años después, dice, "porque me parecía que si aceptaba tenía que ser una persona muy seria, que todo lo que dijera implicaría a la Academia, y yo prefería seguir diciendo lo que quisiera, aunque me equivocase, como se equivoca todo el mundo". Pero el Ynduráin académico sigue hablando claro, diciendo lo que muchos otros piensan pero no dicen, o edulcoran: "A los ingenieros en España apenas se les enseña a investigar"; "El informe Bricall es muy preocupante". Y mantiene fresca su gran ironía: "Nadie ha logrado convencer a Dios de que haga otro Big Bang para comprobar las teorías cosmológicas".

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Pregunta. ¿Para qué sirve una Academia de Ciencias?

Respuesta. Debe ser, sobre todo, una referencia, un conjunto de personas a las que consultar cuando se plantea un problema científico, de política científica, industrial... La Adacemia debe dar la garantía de que las personas que están en ella conocen el problema, o a las personas que lo conocen, con un criterio desarrollado para que sean de fiar. También debe servir para elaborar informes y promover estudios.

P.¿La Academia española cumple estos cometidos?

R.La Academia representa el estado de la ciencia española de hace 30 años, porque un académico tiene que tener una cierta seniority, y si un científico suele hacer sus mejores aportaciones entre los 30 y los 40 años, pues la edad en que se le hace académico ronda los 50 o los 60 años, y su mejor trabajo está en el pasado. Las personas que están ahora en la Academia española y que rondan los 80 han hecho su mejor trabajo científico hace 40 años y representan a la ciencia en España de entonces. Que conste que esos académicos tienen un enorme mérito, porque fueron capaces de mantener una llama de conocimiento en un país en que no había apenas nada.

P. La comunidad científica española parece estar al margen de la Academia.

R.Efectivamente, los científicos hemos vivido muchos años de espaldas a la Academia. A un científico que está en una fase creativa lo que le interesa es resolver problemas científicos, y no andar reuniéndose para cuestiones de política científica, ocuparse de la Academia o de hacer lo necesario para ser decano, rector o jefe de departamento. Lo que es más triste es que la sociedad no haga caso a la Academia de Ciencias.

P.¿A qué se debe?

R.Es un círculo vicioso: la ciencia en España tiene un nivel bajo y la sociedad no se la toma en serio; como no se la toma en serio, sigue en un nivel bajo. Lo están rompiendo los científicos que producen trabajos de nivel cada vez más alto. Hay ya unas disciplinas en que tenemos un nivel comparable al del resto de Europa.

P.¿Cuáles?

R.Biología, sobre todo molecular, física de altas energías, y en menor medida física de estado sólido. En éstas hay un nivel equiparable al europeo, y en física teórica, en concreto, superior. Falta todavía algún descubrimiento fundamental, pero espero que llegue, es una cuestión de tiempo, y de suerte. Sin embargo, parece que la sociedad no se ha enterado.

P.¿Qué le parece el nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología?

R.La ciencia en este país... Salimos de la nada y, a diferencia de lo que decía Groucho Marx, no hemos llegado a la más absoluta miseria, sino que hemos llegado a un cierto nivel aunque, en general, aún es bajo. Pero la sociedad debe tomarse la ciencia en serio para llegar al nivel de la excelencia que hace falta. La gente que se dedica a la ciencia no recibe suficiente apoyo. En otros países cuando alguien hace un trabajo importante inmediatamente se le promociona y se le ayuda. Aquí no, y mucha gente se tiene que marchar.

P.¿Cómo se alcanza la excelencia?

R.Hay que hacer un esfuerzo económico y, sobre todo, político. Hay que gastarse el dinero en que algunos centros tengan realmente nivel de excelencia, identificar a los científicos que pueden dar ese nivel, incluso si son extranjeros, y traérselos, por delante de los españoles. Por ejemplo, habría que traer gente que supiera informática de verdad, no navegar por Internet, que eso sabemos todo, sino hacer un navegador.

P.¿Apuesta por la llamada investigación aplicada?

R.La polémica ciencia básica/ ciencia aplicada es falsa. La ciencia fundamental sirve para aprender a investigar, y en una universidad no se puede hacer ocupándote sólo de problemas de interés industrial, porque tiene otro ritmo. Pero si no te han enseñado a investigar, cuando vas a la industria, no sabes. Los ingenieros españoles, en su inmensa mayoría, salen de las escuelas sin saber investigar porque no se les ha enseñado, ya que en ellas apenas hay investigación. La mitad de los doctorandos que he tenido, en ciencia básica, trabajan en la empresa y en la industria y les va muy bien.

P.¿Y cómo está la física de partículas?

R.Ahora prácticamente hay sólo tres aceleradores de partículas esenciales en el mundo, y dentro de poco habrá sólo uno, el LHC (en el CERN). ¿Por qué uno sólo? Porque es muy caro. El LHC, si tenemos suerte, acabará de limpiar el Modelo Estándar y descubrirá si realmente existe la partícula Higgs. Es el final de la era de la física de aceleradores y no sé qué habrá después. Tal vez investigación de rayos cósmicos, tal vez experimentos de gran precisión...

P.Entre tanto ¿están aburridos los físicos de partículas?

R.Creo que sí, la comunidad se ha dividido en varios grupos. Está lo que yo llamo física superfirulítica, es decir, supercuerdas, agujeros negros y cosas de esas muy bonitas (como no se va a ver experimentalmente en el futuro previsible, pues la gente puede divertirse). Hay grupos que hacen cálculos muy complicados, con mayor y mayor precisión, de cosas que ya se conocen, lo cual es poco excitante. Luego están los fenomenólogos, que son los que están más desesperados porque no tienen muchos fenómenos que analizar y se dedican a imaginar qué ocurriría si hubiera una fábrica [acelerador específico] de neutrinos, o una fábrica de quarks B. Yo estoy entre los segundos y los terceros.

P.¿Y están los cosmólogos?

R.Sí, otro grupo se ha pasado a cosmología, que está muy de moda, porque ahí sí que hay experimentos: uno que hizo el creador hace 15.000 millones de años. El problema es justamente ése, que sólo hay uno.

P.Pero las observaciones, el conocimiento adquirido en los últimos años, son apabullantes.

R.En cosmología hay resultados observacionales preciosos, como la asimetría de la radiación de fondo, o las observaciones de MACHO (estrellas que no brillan y actúan como lentes gravitatorias). Desde el punto de vista observacional, es impresionante, pero desde el punto de vista teórico, creo que hay mucha fantasía. Por ejemplo, esto de la aceleración del universo es muy interesante, puede explicarse con la constante cosmológica, pero es una explicación ad hoc. Si haces una hipótesis para explicar un dato, pues te quedas como antes; una teoría empieza a ser científica cuando hace predicciones.

P.Entonces los teóricos tienen mucho por hacer.

R.Sí. Desde hace años recomiendo a los jóvenes que se dediquen a astronomía-astrofísica-cosmología.

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