El Vaticano desconfía de Internet y de los "oligopolios" informativos Nuevo documento en vísperas del Jubileo de los Periodistas
En la era de las comunicaciones, dominada por el fácil acceso a Intenet, el Vaticano se plantea los riesgos que el uso masivo de una red instantánea de comunicaciones puede representar para otros instrumentos de información. Una preocupación que se recoge en el documento titulado Ética de las comunicaciones sociales, presentado ayer por la Santa Sede, en vísperas del Jubileo de los Periodistas.
La Iglesia católica no ha descuidado nunca los medios de comunicación, pero el actual pontífice, Juan Pablo II, se ha apoyado más que ninguno de sus antecesores en este "cuarto poder" que dispone hoy, a su alcance, de tecnologías nunca vistas. Por ejemplo, Internet, cuya enorme difusión preocupa a la Iglesia "por la uniformidad de los mensajes que se reducen a meras informaciones", recibidas por el individuo en solitario, sentado ante la pantalla del ordenador, "con total falta de reacción a los mensajes de la red por parte de personas responsables", algo que acaba por provocar "el desinterés por las relaciones personales".Las exigencias de la economía global se imponen también sobre los medios de comunicación, desvirtuando su cometido, según la Iglesia. "Las reglas del mercado no pueden ni deben ser las reglas de la comunicación, y los medios deben responder a exigencias y motivaciones diferentes de aquellas de las fuerzas económicas", señaló ayer el arzobispo John Foley, presidente del Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales, durante la presentación del documento.
El prelado estadounidense subrayó los riesgos que representa un dominio del mercado y de la política sobre la información; mientras el secretario del Consejo Pontificio, Pierfranco Pastore, se refirió en términos muy críticos a las exageraciones mediáticas que se han producido en Italia con el caso de las niñas siamesas peruanas, fallecidas el domingo en un hospital de Palermo.
Foley denunció también la existencia de un dominio en el campo de la información mundial por parte de "unos pocos grupos informativos", necesariamente condicionados por su ambiente cultural, por su procedencia y por sus intereses económicos. "La BBC da más importancia a lo que ocurre en Sierra Leona, mientras la CNN se ocupa más de Kosovo", lo cual no es negativo, según Foley, "pero se corre el riesgo de no dar voz a toda la realidad". El arzobispo recordó otro de los enemigos de la libertad de expresión que más ha denunciado la Iglesia, el que representan los "oligopolios" informativos en el mundo.
A propósito del peso de la política en la información, el documento difundido dedica una atención particular a "los políticos sin escrúpulos que usan los medios de comunicación para hacer demagogia o para engañar en apoyo a políticas injustas". También examina el delicado tema de las relaciones de la Iglesia católica con los medios, para concluir que no debe "mantenerse una actitud de secretismo" hacia el "cuarto poder". "Quien representa a la Iglesia", se lee en el texto, "debe ser honesto y abierto en sus relaciones con los periodistas".
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