Educación, ¿pacto o provocación?

El pasado octubre el Sr. Tarancón compareció ante las Cortes para hablar del programa de actuación de la Consejería de Educación en esta legislatura. Según recogieron los medios de comunicación "manifestó su firme voluntad de fomentar la participación, el consenso y el diálogo con las fuerzas políticas y sociales de la Comunidad Valenciana, para crear entre todos, un clima desligado de toda tensión que permita afrontar el nuevo milenio con ilusión y esperanza, alcanzando los objetivos de una educación de calidad y una cultura libre y democrática para todos, que nos configure como un pueblo para siempre, abierto, plural, donde tengan cabida, con el respeto a la Constitución, todas las tendencias". Este tipo de intervención fue calificada por los grupos de la oposición y por los medios de comunicación como el primer anuncio de una propuesta de pacto por la Educación. Poco después, se empezó a demostrar la particular forma que tiene el Sr. Tarancón de entender la palabra "pacto". La inauguración del curso escolar, los conciertos con centros privados de élite y las acusaciones a la oposición de "sectarios" y "de tener mucho morro" no fueron más que una muestra de su voluntad de consenso y diálogo. La siguiente confirmación vino con la presentación de los presupuestos de 2000, en los que pudimos observar lo que entiende el PP por presupuestos con "una clara proyección social". En enero, en plena precampaña electoral se presenta El Pacto para la mejora de la calidad del sistema educativo en la Comunidad Valenciana. Además del significado político de la fecha elegida, nos encontramos con un documento en el que se hacen importantes declaraciones de principios en la introducción: "La educación es la vía más adecuada para garantizar el principio de igualdad de oportunidades y construir una sociedad más justa, solidaria y progresista"; "Todos los datos confirman que los mayores niveles de empleo se dan en los colectivos que presentan un mayor nivel de formación"; "La educación es el instrumento más decisivo que existe para conseguir la integración de los ciudadanos y ciudadanas procedentes de ambientes sociales menos favorecidos, así como de las minorías étnicas o culturales"; y sobre todo "un sistema educativo de calidad no puede tener como objetivo único el éxito de aquellos alumnos y alumnas que acceden a él en las mejores condiciones, sino que debe ser capaz, también, de promover y mejorar las posibilidades de integración social de los individuos". Tras estas prometedoras declaraciones, además de la insistencia en el diálogo y en el consenso, nos encontramos con un documento en el que se recogen los objetivos básicos de la educación que figuran en la Constitución así como los objetivos generales y específicos recogidos en la LOGSE. Cuando se avanza en el documento y se espera la concreción de estos objetivos, de nuevo nos encontramos con listados de temas que ya deberían estar resueltos, a los que se sigue sin poner ningún plazo ni comprometer medios para su realización, y después se añaden los textos de los acuerdos ya firmados con padres, sindicatos, etc. Pero por si quedaba alguna duda, todo queda resuelto con el apartado final Financiación: "La Administración Educativa estima que, con un crecimiento sostenido, durante los próximos cuatro años, del mismo orden del que se ha contemplado en el presupuesto del año 2000, es posible llevar a cabo todas las medidas que se incluyen en el presente Pacto". No es un resumen del apartado, es copia literal del mismo.Pero para poder seguir avanzando en la vía del consenso y el diálogo y evitar que nos preocupemos por la falta de concreción de esas maravillosas declaraciones de principios, el Sr. Tarancón nos sigue ilustrando en el día a día sobre su política educativa. Anuncia a los centros participantes en el plan de Infocole que tienen que hacerse cargo de los gastos de conexión con sus presupuestos ordinarios, anuncia nuevos conciertos en Educación Infantil cuando la oferta de 3 años sigue sin estar garantizada en los centros públicos, disminuye la oferta de plazas de Bachillerato en los institutos para el curso próximo, lo que llevaría, en caso de cumplirse, a que no puedan cursar bachillerato en el propio centro el alumnado matriculado en 4º de ESO. Y se anuncian a bombo y platillo cambios difusos sobre la mejora de las humanidades, promoción del alumnado, horarios de algunas áreas en la ESO, basándose en la opinión de los "expertos".

¿Es esa la política de diálogo y de consenso?, ¿Son éstas las concreciones de las declaraciones del pacto señaladas anteriormente? Si de verdad se comparten la mitad de las afirmaciones que se hacen en la introducción del pacto por la mejora de la calidad de la educación, las líneas de actuación que requiere nuestro sistema educativo no pueden estar más alejadas que las que se anuncian. Si de verdad se quiere avanzar en un pacto por la calidad de la educación, me atrevo a sugerir algunas cuestiones de procedimiento y contenido.

Sobre el procedimiento

1.: ealizar un análisis conjunto entre todas las fuerzas políticas y sociales, especialmente entre los sectores de la comunidad educativa, sobre las principales deficiencias educativas en la Comunidad Valenciana.

2.: stablecer de común acuerdo las prioridades básicas de intervención, un calendario de aplicación y los presupuestos necesarios para llevarlo a cabo. Todo ello debe hacerse con el compromiso de todos los grupos parlamentarios, para garantizar que su aplicación y desarrollo no esté condicionado a los resultados electorales.

Sobre el contenido

No se trata de que el listado de temas sea infinito, sino de abordar los aspectos centrales que deben ser objeto de un pacto. A continuación, indico algunos de ellos:

1.: a política de conciertos. No se puede permitir que ningún centro, público o privado, seleccione a su alumnado, por lo que es urgente acordar una normativa sobre escolarización que garantice que todos los centros sostenidos con fondos públicos atiendan al conjunto de la población escolar.

2.: i hay un compromiso efectivo en el punto anterior, hay que dotar a todos los centros sostenidos con fondos públicos de los medios humanos y materiales necesarios para poder atender a la diversidad del alumnado, así como de la autonomía necesaria para poder atender en condiciones a toda la población escolar, incluyendo "objetores escolares, insumisos, etc".

3.: as políticas de compensación de desigualdades y de atención a determinados colectivos de alumnado, no se pueden limitar al ámbito del sistema educativo, por lo que será necesario implicar a otras instituciones (Ayuntamientos, Bienestar Social, etc...) para su adecuado desarrollo.

4.: i de verdad se quiere mejorar la LOGSE, lo primero que habría que garantizar es el presupuesto necesario para poder aplicar las diferentes medidas que hay contempladas en la misma. A partir de ese momento, estaremos en condiciones de hacer una evaluación rigurosa que permita detectar las principales dificultades e introducir los cambios que se necesiten para el mejor funcionamiento del sistema educativo.

Miguel Soler es miembro del grupo de Educación del PSPV-PSOE.