Remedios para la fobia a los exámenes

Los expertos dicen que los nervios ante un examen son normales; hasta cierto punto, incluso buenos. Pero siempre que el estrés desaparezca cuando el profesor termina de leer las preguntas y no afecte al rendimiento. Cuando los síntomas de ansiedad son más frecuentes, intensos y duraderos, los expertos recomiendan apuntarse a un programa de asistencia psicológica como los que ya ofrecen algunas universidades."El miedo se vence enfrentándose a él; si se evita, crece", advierte Celia Vera, coordinadora del programa de control de ansiedad de la Universidad Autónoma de Madrid. Este programa se desarrolla a lo largo de siete sesiones semanales de una hora de duración y se trabaja en tres niveles: pensamientos, control físico y entrenamiento. Primero se enseña al estudiante a conocer y evitar los pensamientos que le bloquean -"voy a fracasar", "seguro que suspendo otra vez", "como no apruebe, me la cargo"-. Al mismo tiempo se practican estrategias de relajación y se enseña a respirar profundamente. Por último, se mejoran las técnicas de estudio y se hacen simulaciones de exámenes para practicar todo lo aprendido (más información en el teléfono 913978687).

Juan José Miguel Tobal dirige el master de Intervención en la Ansiedad y el Estrés de la Universidad Complutense de Madrid (913943111). Mediante convenios con centros educativos de todos los niveles, los alumnos del master realizan prácticas de terapia de autocontrol con alumnos que padecen problemas de ansiedad. Las prácticas son de 18 semanas, durante las que se enseña a los alumnos a conocer los cambios corporales que produce la ansiedad y a combatir ésta mediante técnicas de autocontrol. Tobal asegura que "un 85% de los alumnos aprende a controlar la ansiedad y mejora sus notas con estos cursos".

María Nieves López, directora del gabinete psicológico de la Universidad de Valladolid, dice que el 75% de los estudiantes que se acercan a su consulta padece un problema de ansiedad. López distingue tres perfiles de estudiantes con ansiedad: los que tienen tendencia previa a angustiarse, los que son ambiciosos y necesitan el éxito y los que reciben mucha presión de sus padres. "Se aprende a ser ansioso desde niño", advierte, "los padres dan seguridad a sus hijos cuando les premian por sus aprobados en lugar de castigarles por los suspensos". Entre sus consejos para combatir la ansiedad dice que lo primero es olvidar prácticas demasiado comunes como pasar en vela la noche previa al examen, repasar los apuntes hasta minutos antes de la prueba o buscar a última hora información sobre lo que suele caer.

La ansiedad afecta casi por igual en todos los niveles educativos, y algo más a las mujeres que a los hombres. Empieza a notarse en bachillerato, cuando las calificaciones ya cuentan para la selectividad (unos 190.000 alumnos se presentarán a la prueba este año) y los padres y los centros presionan a los alumnos para que saquen buenas notas. Uno de cada cuatro alumnos suspende o rinde por debajo de sus conocimientos por culpa de la ansiedad. Algunos ni siquiera se presentan a los exámenes, o abandonan el aula con el folio en blanco. Prefieren el fracaso a soportar el miedo a fracasar. Pero las consecuencias a medio plazo son peores.