Un submarinista fotografía un avión que podría ser el de Saint-Exupéry Los restos yacen bajo las aguas de Marsella, en un punto no revelado
El avión de reconocimiento Lightning P-38 que el autor de El Principito, Antoine de Saint-Exupéry, pilotaba en solitario el día de su misteriosa desaparición, el 31 de julio de 1944, ha sido localizado en la bahía de Marsella. Eso es al menos lo que sostiene el experto en aeronáutica militar e historiador aficionado Philippe Castellano, a la vista de las fotografías de los restos de un Lightning P-38 obtenidas por el submarinista profesional Luc Vanrell.
Aunque el lugar exacto en el que están los trozos del avión se mantiene en secreto para evitar el pillaje, Vanrell indicó ayer a este periódico que se encuentra cerca del punto en el que hace 20 meses un pescador atrapó entre sus redes la pulsera con los nombres grabados del escritor y el de su esposa, Consuelo. A expensas de que los investigadores del centro de búsquedas arqueológicas submarinas (DRASSM) confirmen la identidad del avión, todo parece indicar que Saint-Exupéry se precipitó con su avión en aguas marsellesas y no cayó abatido en los Alpes, como se sostuvo durante décadas. Los descendientes del escritor y combatiente contra el nazismo guardan, sin embargo, celosamente los resultados de los dos análisis, uno en París y otro en EEUU, sobre la autenticidad de la pulsera. Para enojo, quizás, de quienes prefieren mantener el misterio, como homenaje póstumo al carácter romántico de la víctima, el hallazgo de Luc Vanrell amenaza con esclarecer definitivamente el enigma, a un mes de que Francia celebre, el 29 de junio próximo, el centenario del nacimiento de Saint-Exupéry. La fascinación que sigue ejerciendo el autor de El Principito explica la búsqueda incesante de las últimas décadas y la precipitada proclamación de hallazgos que luego resultaron falsos.
Hace dos semanas, sin embargo, Pierre Becker, el presidente de la sociedad de ingeniería submarina Géocéan, anunció el descubrimiento de la cola de un avión de características similares al de Saint-Exupéry. El punto está a seis kilómetros de la zona en la que Vanrell acaba de localizar los restos del Lightning P-38, pero los expertos creen perfectamente factible que la intensa actividad de la pesca de arrastre haya podido separar tanto los restos del avión.
Según Castellano, los restos descubiertos por Vanrell son necesariamente los del avión del escritor porque, de los 12 Lightning caídos durante la guerra en el litoral francés, sólo cuatro estaban adaptados para reconocimiento y en vez de ametralladoras llevaban cámaras. Tres de esos aviones han sido ya recuperados, por lo que sólo falta el que pilotaba el escritor.
La única duda que le queda a este experto en aeronáutica militar es si Antoine de Saint-Exupéry fue víctima de la falta de oxígeno, sufrió una avería del motor o, como prefieren algunos románticos, optó por el suicidio. Un enigma, este último, que probablemente nunca será esclarecido.
Babelia
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