La curiosa amistad de Haider y Gaddafi
¿Qué hace Haider en casa de Gaddafi? Con esta incógnita se quedó la periodista Barbara Slavin, del diario USA Today, al toparse con el famoso líder de la derecha populista austriaca saliendo de la tienda de Muammar el Gaddafi en el cuartel de Bab Aziza en Trípoli, precisamente cuando ella se disponía a entrar para realizar una entrevista. Jörg Haider, ex jefe del Partido Liberal (FPÖ) y gobernador regional de Carintia, iba sin corbata, con camiseta y chaqueta azul. A la sorprendida reportera, que preguntó por qué su anfitrión conversaba con Haider, un populista calificado de "reaccionario" o incluso "fascista", Gaddafi respondió que Libia tiene que reconocer a un político que recibe de sus compatriotas tanto apoyo. "No puedo ser más austriaco que los austriacos", dijo. También comentó que el ex jefe del FPÖ había acudido en compañía de un banquero para hacer negocios con Libia.Sin embargo, de la presencia del banquero, Haider no sabe nada. "Fue una visita privada", respondió al ser interpelado por la prensa de Viena, mientras que desde la oposición, la secretaria general del Partido Socialdemócrata, Doris Bures, calificó de "extremadamente dudoso" el motivo de su presencia en Trípoli, e incluso planteó que el político estuviera buscando financiación para su partido. Peter Pilz, diputado del Partido Verde, teme que la relación Haider-Gaddafi sea nueva munición para las reticencias de los demás miembros de la UE contra Austria.
"No tengo la intención de hacer de todas mis citas privadas un tema de debate político", insistió por su parte Haider. Añadió que había estado "más de una vez" en casa de Gaddafi, porque las relaciones con su familia son "bastante buenas" y mantiene lazos "cordiales" con el jefe de Estado libio, en el que Haider ve un "interlocutor interesante".
Antes de conocer al padre, Haider entabló estrecha amistad en Viena con su hijo primogénito Saif el Islam (espada del Islam) Gaddafi, de 29 años, de quien dijo que "es un chico simpático". "Nos entendemos bien y salimos de vez en cuando", añadió. Cuando el apuesto Saif el Islam se instaló en Viena para estudiar comercio internacional, desató en 1997 un enfrentamiento diplomático entre Austria y Libia. Las autoridades austriacas se negaron a prorrogarle el permiso de residencia al muchacho, que vivía con sus guardaespaldas en una mansión de lujo en Viena y había dejado a sus mascotas, dos tigres de bengala, en una jaula del zoológico de Schönbrunn. En respuesta, Libia suspendió la concesión de visados para austriacos, hasta que el asunto se resolvió para satisfacción de ambas partes.
La situación ahora es otra: "Austria tiene relaciones diplomáticas con Libia, por lo tanto no hay nada de descomunal en el viaje de Haider", aclaró el Ministerio de Asuntos Exteriores. Viena restableció las tradicionalmente excelentes relaciones bilaterales con Trípoli inmediatamente después de que el Consejo de Seguridad de la ONU y la UE levantaran, el año pasado, las sanciones contra Libia impuestas en 1992 tras el atentado de Lockerbie. Sobre las sospechas de implicación de Gaddafi en actos terroristas, Haider dijo ahora que "no existen pruebas" y que sobre el caso de Lockerbie decidirán los tribunales.
En la cumbre de El Cairo el pasado mes de abril, el jefe de Estado libio, que fue recibido con grandes gestos de cordialidad entre los dirigentes europeos, tuvo ocasión de conversar con el canciller austriaco Wolfgang Schüssel, del Partido Popular (ÖVP), y sobre las sanciones impuestas por los otros 14 miembros de la UE al actual Gobierno austriaco, Gaddafi comentó que no comprende la "propaganda" contra Austria, que a sus ojos es un "país afable y abierto", del cual le llegan "únicamente buenas noticias".
Hasta ahora, a Haider y Gaddafi sólo se les había visto juntos en El Museo Wiesenthal del Holocausto, en Los Angeles: sus fotos aparecen en la sala de "demagogos" al lado de dictadores como Sadam Husein e Idi Amin Dada.
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