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CONVULSIÓN EN ORIENTE PRÓXIMO

El Ejército israelí abandona el sur de Líbano y se repliega a la frontera internacional

El primer ministro israelí, Ehud Barak, investido desde ayer por la madrugada de la confianza de su Gabinete para gestionar el conflicto del norte del país, trata de convertir la espantada del sur de Líbano en un repliegue militar organizado. La maniobra del primer ministro laborista, que ha supuesto hasta el momento la salida de la zona de un 75% de los soldados israelíes, no ha logrado, sin embargo, disimular el caos ni la vergüenza de ese repliegue, que representa un fracaso para Israel. "Nos retiraremos en los próximos días a la frontera internacional", dijo Barak.

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"Ni siquiera pudimos arriar la bandera"

Lo han entregado casi todo; el cuartel general de Marjayún, el fortín vecino de Chraiqi, la tétrica prisión de Jiam y el puesto de mando de Nakura, amén de un número indeterminado de fortines, torres de control, pueblecitos y aldeas. La cárcel de Jiam, el principal símbolo de la ocupación israelí, fue tomada al asalto a manos de cientos de habitantes que liberaron a los 144 detenidos, informa France Presse. En manos del Ejército de Israel quedaban ayer, según un último recuento no oficial, ocho enclaves militares y las ruinas reconstruidas del castillo de Beaufort, vestigio de los cruzados, convertido en los últimos años, y gracias a los servicios de espionaje israelíes, en los ojos y oídos de los hebreos sobre Líbano.Pero incluso esta fortaleza podría tener las horas contadas, ya que el mando israelí ha acumulado en su interior centenares de kilos de explosivos para hacer saltar las instalaciones por los aires tras su salida. En medio de este panorama desolador continuaba ayer imparable la huida de los milicianos del Ejército de Liberación de Sur de Líbano (ELS), la mayoría de los cuales han optado por entregarse al Gobierno de Beirut, los shíes y drusos, mientras que el resto, los cristianos, trataban de entregarse y alcanzar refugio en Israel, llevándose con ellos a sus familiares. Unos 1.250 se han rendido al Ejército de Líbano y a los dos movimientos shiíes, Hezbolá y Amal, informa France Presse. El jefe del ELS, Antoine Lahad, viajó ayer de París a Israel.

La huida precipitada de estas milicias llegó a provocar ayer por la tarde momentos de tensión con las tropas israelíes, que dispararon al aire para reducirles y conminarlos a la calma. Se calcula que un total de 2.000 personas, entre milicianos y sus familiares, se encuentran ya en el Estado hebreo. El repliegue de las tropas israelíes proseguirá en los próximos días, según afirmó el propio Ehud Barak a la radio militar de Jerusalén, después de lo cual ordenará a sus tropas desplegarse a lo largo de la frontera internacional, supliendo de esta manera con sus cuerpos y su armamento el muro de piedra y cemento que la precipitación ha impedido construir. La retirada estaba prevista en principio para el 7 de julio.

"Cuando la niebla se disipe, quedará claro que el Gobierno ha actuado como debía para traer sanos y salvos a sus hijos a casa y para poner fin a una tragedia que dura desde hace 18 años", aseguraba Barak por la emisora, tratando de contrarrestar la oleada de indignación y vergüenza nacional que ven detrás de este "repliegue", un gran fracaso para Israel.

El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, general Saúl Mofaz, lanzó en las últimas horas, en plena desastre, una inesperada advertencia contra Siria al afirmar que cualquier ataque tendrá una puntual respuesta, incluso contra intereses sirios en el Líbano. "El Ejército recurrirá a cualquier medio para asegurar la calma en el norte. Atacará incluso intereses sirios en Líbano si es necesario", aseguró. La advertencia contra Damasco esconde el rencor de una negociación frustrada entre el Gobierno de Israel y el de Siria y que trataba de buscar una salida global para todo el conflicto del norte, poniendo en el mismo saco el repliegue del sur de Líbano y la retirada de los Altos del Golán.

La advertencia de Israel contra Siria fue respondida ayer a primera hora de la tarde por el jeque Hasan Nasrallah, secretario general de Hezbolá, al anunciar que "la lucha contra Israel continuará hasta recuperar a los libaneses detenidos y liberar las colinas de Chebaab" en los contrafuertes de los altos del Golán. El dirigente shií efectuó, asimismo, un llamamiento a los últimos milicianos proisraelíes para que se entreguen.

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