La rebelión de Manolín

La Diputación de Córdoba ha iniciado la Biblioteca de Textos Recuperados con la edición de Manolín, una novela con la que su autor, Esteban Beltrán, pretendía la concienciación social de la clase campesina. Esta obra, cuya primera edición debió salir a la luz en los primeros años de este siglo, está dividida en dos partes, la primera de las cuales ha permanecido desaparecida hasta ahora, a pesar de que en su momento logró cinco ediciones. Con esta novela, su autor se propuso enseñar "al pueblo trabajador a practicar el socialismo". "Pues el socialismo, tal y como yo lo comprendo, lo mismo se puede practicar con república que con monarquía", precisaba el autor.Manolín comienza con el planteamiento de la situación de los trabajadores agrarios en la Andalucía de hace un siglo. Manolín, el protagonista, se rebela cuando se expulsa del trabajo a un personaje a causa de sus ideas republicano-socialistas. Entonces, el joven héroe, de 18 años, encabeza la protesta en una marcha hacia el pueblo en la que enarbola una bandera roja mientras sus compañeros cantan La Marsellesa.

Esta situación genera un fuerte debate social mientras Manolín defiende postulados como la importancia de la participación en las elecciones o las dificultades para la supervivencia a causa de la carestía de la vida. La primera parte del libro termina con la admisión del despedido por el patrón mientras sus compañeros se juramentan mantenerse unidos y "luchar en todas las luchas que se presenten hasta conseguir que el pueblo soberano mande en España".

En la segunda parte se describe el triunfo de las ideas de Manolín. Esteban Beltrán narra la vida de su protagonista como dirigente de una sociedad de agricultores, quienes, por la vía de la cooperación, adquieren grandes propiedades y fundan una colonia en la que no existe la propiedad privada y se vive y se trabaja de modo fraternal, inspirados por los ideales republicano-socialistas de su autor.

El historiador Antonio María Calero publicó en 1979 la última mitad de esta obra bajo el título Socialismo Agrícola. Leyenda Popular. Segunda parte de Manolín, ya que la primera estaba perdida. Recientemente fue hallado un ejemplar de la quinta edición en la biblioteca del montillano Manuel Ruiz Luque. Se completó, así, un escrito que ha sido citado por quienes han estudiado el movimiento campesino andaluz. Manolín inicia una colección de textos recuperados relativos a la provincia de Córdoba que estará bajo la dirección del historiador José Luis Casas Sánchez.

Esteban Beltrán Morales (Montoro, Córdoba, 1854-1920) fue un tendero masón, republicano y anticlerical de intensa actividad en su pueblo natal. Perteneció a la logia Fraternidad Montoreña y creó en el Círculo Republicano una escuela laica de la que fue maestro en los cuatro años que funcionó. El gobernador civil la clausuró al entender que su enseñanza estaba "totalmente imbuida de críticas a la Iglesia y a la religión". También formó parte de la sociedad obrera La Benéfica, de la que fue secretario, y escribió otras obras, como Los luchadores y La razón entre obreros y burgueses.

Sus inicios en política parten a temprana edad. Con 16 años manifestó su deseo de militar en el republicanismo de Ruiz Zorrilla, ya que, como dejó escrito, "la república es la forma de gobierno que concederá al pueblo trabajador más ventajas y beneficios que la monarquía, facilitará el advenimiento de otras instituciones más progresivas y beneficiosas para todos". A finales de septiembre de 1903, Beltrán participó en la Asamblea Republicana Andaluza, celebrada en el Gran Teatro de Córdoba, y cuyos frutos no llegaron a cuajar a causa de la división existente entre republicanos y anarquistas.

El escritor suavizó sus iniciales posiciones revolucionarias al encontrar acomodo en los principios de Henry George, autor de Progreso y miseria y La cuestión de la tierra. De esta forma, se vinculó al georgismo a través de la Liga Española para el Impuesto Único, asistiendo a su congreso en Ronda en 1913. Beltrán defendió la formación de la clase obrera argumentando que España se habrá regenerado el día en el que los obreros lleven en el bolsillo un ejemplar de su obra en vez de una faca.

A partir de esta fecha, Beltrán se encargó de difundir esta corriente. Escribió La razón entre obreros y burgueses y criticó a los anarquistas por entender que al no participar en las elecciones lo que hacían, a su entender, era ocultar la falta de preparación de la clase obrera.