Chocolate
Hace unas semanas, el Parlamento Europeo autorizó el uso de grasas vegetales en la composición del chocolate en sustitución de la manteca de cacao. En este mundo adulterado el chocolate se libraba de las prácticas de laboratorio y de la manipulación del producto. A partir de ahora, cuando comamos chocolate dejaremos de notar ese intenso sabor, ese aroma caliente subiendo por la nariz cuando se deshace en el paladar.La Bolsa de Nueva York, donde se cotizan las plantaciones de aceites de semillas, ha ganado, con la complicidad de nuestros europarlamentarios, la batalla a nuestros artesanos chocolateros. Éstos irán desapareciendo, los consumidores de chocolates olvidarán su sabor puro; las empresas aceiteras de semillas ganarán más dinero y los países del Tercer Mundo que dependen de las exportaciones del cacao serán un poquito más pobres. ¡Y todos seremos menos felices!- Ángel Otero Álvarez. Valladolid.
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