Israel acelera su retirada del sur de Líbano ante la presión de Hezbolá

El primer ministro israelí, Ehud Barak, pidió ayer al Ejército que esté listo para retirarse del sur de Líbano el 1 de junio, debido a la presión de la guerrilla islamista de Hezbolá en la franja ocupada, según anunció ayer la televisión pública. "Los violentos ataques de Hezbolá nos dictan una retirada más temprana de lo previsto (...) será posible hacerlo en una sola noche, el 1 de junio", añadió la misma fuente, aunque el Ministerio de Defensa no confirmó ese extremo.Precisamente ayer, la milicia proisraelí del Ejército del Sur de Lïbano (ESL), que dirige el cristiano Antoine Lahad, abandonó las localidades de Qantara, Aadchit, Al Qasir, Aalmanee y Deir Siriane, en el centro de la franja ocupada, mientras centenares de libaneses, antiguos vecinos expulsados de la zona, volvían a sus casas bajo una lluvia de arroz y pétalos de rosas que los residentes lanzaban desde sus balcones para recibirles y despedir los 22 años de ocupación.

Esta marea humana, formada por hombres y mujeres a pie o en coche que iban, según testigos presenciales, custodiados por guerrilleros de las fuerzas islamistas de Hezbolá, llegó incluso hasta el fortín de Taibeh, una posición estratégica en manos hasta hace cuatro días del Ejército israelí y que ha traspasado al ESL. En medio de esta retirada inesperada parece haber crecido el ritmo de deserciones de los milicianos prosionistas del general Lahad, 36 de los cuales se habrían entregado a los guerrilleros de Hezbolá en menos de una semana, mientras que otros 44, hasta totalizar unos 80, se habrían rendido directamente al Ejército regular libanés, según se anunciaba ayer desde Beirut.

Ataque al Golán

Las operaciones militares prosiguieron ayer, sin embargo, en otros puntos del frente. En poco menos de 12 horas, los hombres de Hezbolá lanzaron seis ofensivas. La guerrilla islamista libanesa asimismo se responsabilizaba de un ataque perpetrado con fuego de morteros contra una posición israelí en los altos del Golán, el puesto de Har Dov, que protege las granjas de Chebaa, ocupadas por el Ejército hebreo desde 1967.

La ofensiva militar de Hezbolá parece ser una respuesta clara y contundente a los bombardeos aéreos de la aviación israelí, que el sábado atacó un campamento de guerrilleros palestinos en el valle de la Bekaa, a sólo tres kilómetros de la frontera con Siria, destruyendo al menos 10 tanques. La operación de las fuerzas sionistas pretendía ser una advertencia al régimen de Damasco por la protección y ayuda que está dando a la guerrilla libanesa shií y la negativa de Siria a sentarse a negociar.

Ayer, en un intento de frenar la escalada de violencia en el frente del norte de Israel y en el sur de Líbano, el rey Abdalá II de Jordania se trasladó a Damasco para entrevistarse con el presidente Hafez el Asad. Ésta es la tercera vez que el monarca hachemí visita Siria desde su llegada al trono y se produce dos semanas antes de que el rey efectúe un viaje a Estados Unidos, donde se entrevistará con el presidente Bill Clinton.