El lugar donde resucitan las ruedas
Puede que los gatos tengan siete vidas, pero lo que es científicamente demostrable es que los neumáticos pueden tener varias. Que sean más o menos depende de lo accidentadas que sean las carreteras por las que han rodado. Muchas ruedas, cuando mueren, llegan al número 38 de la carretera que une Aspe con Novelda (Vinalopó Mitjà). Es la dirección de Industrias del Neumático, SA, Insa Turbo. Allí son recauchutadas, o lo que es lo mismo, agraciadas con nuevas gomas que les permitirán recorrer muchos kilómetros más.Los neumáticos -elaborados a partir de una mezcla de cauchos naturales y sintéticos, carbón black y aceites- se convierten en una amenaza medioambiental cuando ya no sirven. Cada año se tiran en España 12 millones de neumáticos usados. Tardan 100 alños en desintegrarse. Esto, unido al creciente parque automovilístico, obliga a adoptar medidas para su destrucción.
Es precisamente la dimensión ecológica de su negocio la que más resaltan Joaquín y Salvador Pérez Vázquez, dos de los cinco hermanos propietarios de Industrias del Neumático. "Abogamos por el aprovechamiento máximo del neumático", señalan. No sólo recauchutan las ruedas todas las veces posibles hasta que la degradación de la estructura se lo impida, sino que en estos momentos investigan la mejor fórmula para deshacerse de los irrecuperables.
Todo comenzó hace 20 años en Elche (Baix Vinalopó). Los hermanos comenzaron importando carcasas procedentes de Francia y Alemania. Después, abrieron un taller de neumáticos en el que ellos eran los que cambiaban las ruedas. A ese taller le siguió otro, mientras comenzaban a distribuir en España y Portugal neumáticos de las primeras marcas europeas. En 1987, y con cinco talleres en marcha, se construye la fábrica.
La producción entonces era de 250 neumáticos recauchutados Insa Turbo por día. Ahora Industrias del Neumático es líder en Europa, produce entre 4.500 y 5.000 unidades por día, exporta el 50% de su producción a medio centenar de países distribuidos por todos los continentes excepto Asia y facturó 10.000 millones de pesetas en 1999. Asimismo, cuenta con su propia marca de neumáticos nuevos (Conforauto) y es mayorista de otras firmas, tiene la exclusiva de la distribución de las llantas Asa y dispone de 60 talleres propios integrados en la red Talleres Soledad y 270 asociados bajo la denominación Conforauto.
Industrias del Neumático es, por tanto, un grupo con varios frentes abiertos, siempre sin perder de vista que su principal apuesta es la del aprovechamiento total del neumático. Cada hermano se ocupa de una actividad. Joaquín es el gerente. Salvador, el director de fabricación de Insa y el gerente de la fábrica de gomas. Pedro Antonio se ocupa de las compras y Manolo y Ramón, de las ventas.
Salvador Pérez señala que dos son las claves del éxito de la empresa. "Hace 20 años supimos tener visión de futuro. Nos dimos cuenta de que existía un vacío en el sector y de que el mercado del automóvil no dejaba de crecer. Asimismo, aumentaba la conciencia hacia el reciclaje", dice. Del mismo modo, asegura que siempre han puesto "toda la carne en el asador", requisito indispensable para una industria "que se halla actualmente al 50% de sus posibilidades", según sus cálculos. "La reinversión se nota y si creas una empresa tienes que creer en ella y dedicarte en cuerpo y alma, y mucho más en una industria pesada como la nuestra, que no es fácil ni ponerla en marcha ni cerrarla", puntualiza.
Los cambios que se producen con el paso del tiempo, responsables del fracaso de muchas empresas con escasa capacidad de adaptación, han jugado a favor de Industrias del Neumático. "Antes la gente no cambiaba los neumáticos hasta que eran inservibles", cuentan. Ahora, la mejora de la red viaria, el aumento de la potencia de los vehículos y un mayor poder adquisitivo han generado una preocupación por el mantenimiento de los automóviles. Unos buenos neumáticos cuentan mucho en la seguridad a la hora de circular, y los usuarios suelen renovarlos cuando es necesario.
Pero no todo el mundo puede pagar el alto precio de unas ruedas nuevas, y ahí es donde entran en juego las renovadas, que se venden a un 25% del precio de aquéllas. Los neumáticos los recogen de sus talleres o de sus clientes, excepto si se trata de medidas especiales, que deben importarse. En la fábrica se trabaja durante 24 horas.
Los responsables de Industrias del Neumático se encuentran especialmente orgullosos del aval que para la calidad de sus productos supone contar con la normativa ISO 9002. Más aún de ser la primera empresa que ha superado el reglamento 108 para la homologación de recauchutados. Equivalente al 30 para neumáticos nuevos, implica la realización de pruebas de carga y velocidad en el Instituto de Investigación del Automóvil.
La empresa cuenta con un currículo lleno de premios, entre ellos varios obtenidos en la prestigiosa feria de Nashville, la capital estadounidense del country. Allí obtuvieron su primer premio en 1994, algo para lo que los norteamericanos no estaban preparados, ya que no disponían de una bandera española. Desde entonces, en Nashville han aprendido a guardar una y han tenido que utilizarla en varias ocasiones. La última, en 1999, cuando la empresa de los hermanos Pérez Vázquez se hizo con el primer y el segundo premios, además del correspondiente al mejor show en camioneta.
Rueda vieja, rueda como nueva
Las ruedas viejas, desechadas, con el dibujo casi borrado, llegan a Industrias del Neumático amontonadas en camiones. En un gran patio, los operarios las clasifican y las apilan en jaulas de un color verde claro y allí esperan su turno para ser seleccionadas.No todas podrán vivir otra vida una vez recauchutadas. El juez que decide esto viste un mono bicolor y se afana en una máquina situada bajo una nave con el techo voladizo. En la máquina hay un reloj digital de pulsera pegado con cinta aislante y un radiocasete negro con una emisora musical sintonizada, pero el trabajador tiene todos sus sentidos puestos en las ruedas. La máquina las hace girar mientras él las examina por dentro y por fuera en busca de huellas de impactos o defectos de fabricación. Al lado del reloj hay colgada una tabla que marca los controles que debe superar cada neumático, pero este hombre no los mira, parece que se los sabe de memoria. Aquí el factor humano es fundamental. Se ha de revisar rueda por rueda.
Las que superan esta fase deben ser raspadas a fin de que se elimine el relieve. Queda la carcasa, que otro operario revisa para rellenar con goma caliente sus heridas más profundas. Otra máquina más allá la forrará con bandas de rodamiento y laterales.
En las ruedas de camión, las gomas se montan en frío. Se les adhiere una banda preestampada y se arropan en un doble envoltorio al vacío. Posteriormente, se hornean en el autoclave a 105 grados durante tres horas.
Las de coche, sin embargo, pasan directamente al área de vulcanización. En esa zona hace un calor que debe ser similar al de la fragua del dios antiguo de cuyo nombre deriva el de este proceso. Lo producen las prensas en las que los neumáticos se cuecen a 150 grados de temperatura. Es en ellas donde se regenera la rueda. Se necesitan tres minutos para escarbar tres milímetros de goma.
Cuando se abre la compuerta emerge la rueda con el dibujo correspondiente. Reciclada, pero como nueva. Como nueva, pero un 25% más barata. Salvador Pérez insiste en que la clave del recauchutado está en el ahorro. "Se necesitan 35 litros de petróleo para fabricar un neumático nuevo, y seis para recuperarlo", cifra.
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