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Los científicos concluyen que la nube de ozono fue causada en realidad por un "compuesto" químico

Vicente G. Olaya

El enigma del espectacular incremento de ozono troposférico en la noche del 28 al 29 de abril en el sur y este de la región -que sobrepasó en cuatro veces los niveles de alarma- se ha resuelto a medias. La comisión de expertos que ha analizado este fenómeno terminó ayer su informe con la siguiente conclusión: no fue ozono lo que hizo saltar las alarmas, sino un "compuesto" químico del que se desconoce su procedencia, composición y efectos. "Pues si antes estábamos asustados", dijo ayer Pedro Díez Olazábal, diputado del Grupo PSOE-Progresistas, "ahora estamos alarmados".

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El ozono troposférico se produce por la incidencia de los rayos solares sobre la contaminación. El monóxido de carbono, el metano, los hidrocarburos y los compuestos nitrogenados se descomponen con el sol y forman este gas tóxico, que puede provocar, en altas concentraciones, problemas respiratorios en niños, ancianos y asmáticos. El nivel de alerta se sitúa en los 360 microgramos por metro cúbico. Esa noche, sin apenas contaminación y sin sol, se registraron 1.133 microgramos en Fuenlabrada. No se avisó a la ciudadanía a pesar de que la ley así lo exige al superar los 360 microgramos.Los expertos, ante lo inexplicable del incremento de ozono, sopesaron la posibilidad de que los detectores regionales estuviesen estropeados. Esa hipótesis fue rechazada porque otras tres redes (Madrid, Getafe y Barajas) señalaban valores semejantes.

Buscaron entonces posibles causas naturales. Revisaron los partes meteorológicos buscando una gran tormenta que pudiese provocar el incremento del ozono: el agua y la electricidad producen ozono. Pero la noche del 28 al 29 no cayó ni un solo rayo.

Otra posibilidad era que el ozono estratosférico, el que protege a la Tierra de las radiaciones solares, se desprendiese sobre la Comunidad. Los resultados fueron también negativos. Si se hubiera producido este extraño fenómeno, "debería haberse notado en un área más extensa".

Efecto fumigación

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Otra hipótesis era el denominado efecto fumigación. Consiste en que el ozono formado por la contaminación de días precedentes se acumule durante la noche a unos 1.500 metros de altura a causa de una turbulencia. Luego, al llegar el día, y al desaparecer la turbulencia, el ozono caería sobre la ciudad. Pero esto tampoco ocurrió. Si el ozono hubise caído sobre la región, también lo hubieran hecho "otros contaminantes" mezclados con él. Y eso no ocurrió.

Los expertos se preguntaron entonces si era posible que alguna industria produjera ozono en cantidades gigantescas. Pero tal industria no existe. Se estudió también el caso de una empresa de Vallecas cuyos trabajadores denunciaron un gran escape de óxido de nitrógeno los días 27 y 29. Esos días, la estación municipal de Santa Eugenia registró, lógicamente, un incremento de óxido de nitrógeno, pero no de ozono. Además, según la comisión, para que este óxido de nitrógeno formase ozono haría falta sol, lo que seguía siendo imposible de noche.

Una fuga de hidrocarburos o una acumulación por tráfico tampoco fue la causa que originó el fenómeno. Si se hubiera producido algún tipo de escape, la red del Ayuntamiento de Madrid, que cuenta con detectores de hidrocarburos, lo hubiera registrado. En la madrugada del 29 de abril, el nivel de hidrocarburos fue "similar o incluso inferior" al producido durante la Operación Salida de Tráfico de Semana Santa (14 de abril).

Por lo tanto, la única posibilidad es que algún compuesto químico, que los detectores no son capaces de diferenciar del ozono, fuese el causante. Los expertos reclaman que la Comunidad "recabe y analice la información sobre las diferentes plantas industriales" situadas en el sureste, zona de donde procede la contaminación, y que se estudie "si los mismos pueden ser interferentes en la medida de los analizadores de ozono". El consejero de Medio Ambiente, Carlos Mayor Oreja, asegura que lo hará.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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