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Trimble suspende el consejo unionista acorralado por la falta de apoyos en su propio partido

Berna González Harbour

La tormenta desatada entre los unionistas del Ulster contra la última oferta del IRA ha frustrado ya el inmediato avance hacia la paz. Acorralado por primera vez por la falta de apoyos en el seno de su propio partido, David Trimble anunció ayer la suspensión de un consejo unionista previsto para mañana en el que aspiraba a lograr el sí definitivo al Gobierno compartido con el Sinn Fein. En un claro desafío al plan de Londres de devolver el lunes el autogobierno y, sobre todo, a la oferta por la que el IRA se ha comprometido a inutilizar su arsenal, los unionistas se resisten.

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Horas antes, su enemigo y presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, había hecho un desesperado llamamiento a que aceptaran esta oportunidad, "tal vez, la última oportunidad", dijo.Nubarrones de nuevo sobre el cielo del Ulster. Y no porque Trimble no sea capaz de convencer a su partido, como ha demostrado en anteriores votaciones decisivas para el proceso de paz que logró aprobar (por estrechísimo margen) venciendo al sector duro de su partido, sino porque esta vez conocidos aliados le dan la espalda. Su propio número dos, John Taylor, con gran autoridad entre buena parte de los 860 delegados del Consejo, cree que lo que hay sobre la mesa es poco.

"Hay una gran confusión sobre la situación, muchos malentendidos, mucha desinformación, y necesitamos tiempo para explicar el acuerdo", aseguró anoche el primer ministro del suspendido Gobierno del Ulster ante las cámaras al explicar su decisión de posponer, en principio una semana, el consejo unionista con el que pretendía devolver la crisis al carril institucional. Trimble quiere tiempo. Necesita tiempo para convencer a su formación, el Partido Unionista del Ulster (UUP).

Con ello, sin embargo, se abría ayer una gran incertidumbre sobre si Trimble conseguirá realmente en una semana los apoyos que no ha logrado en los últimos días. Fuentes unionistas reconocían ayer que Trimble habría perdido la votación estrepitosamente si ésta se hubiera producido mañana. Y no está dispuesto a semejante suicidio político. Por otra parte, si lo que necesita para convencer a su partido son nuevas concesiones de Londres y éstas se producen, está claro que pondrá en peligro la oferta del IRA.

Vender el acuerdo

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"El anuncio de Trimble es una gran decepción. Pero, una vez dicho esto, si él da muestras claras de su determinación de apoyar y vender este acuerdo, una semana no es nada", manifestó ayer un portavoz del Partido Socialdemócrata y Laborista del Ulster, el primero entre los católicos. "Pero lo que queremos es que de verdad hagan eso".

Ayer, por tanto, fue el día de la victoria para los sectores más duros del Partido Unionista del Ulster, que en los últimos dos años contemplaban impotentes cómo Trimble iba logrando avanzar a pesar de sus agresivas campañas. Esta vez no fue así. "Hemos pedido al IRA que clarifique lo que entiende por inutilizar sus armas y no lo ha hecho", afirmaba ayer, pletórico, Geoffry Donaldson, un joven político del UUP, portavoz del ya conocido como el no camp. "Lo que nos diga Blair es su interpretación sobre las palabras del IRA. Queremos que el IRA nos diga cuándo va a entregar las armas".

Y ésa es la gran cuestión que se adentra ya en un complejo callejón sin salida. En su oferta del 6 de mayo, el IRA propuso por primera vez "inutilizar sus armas de forma completa y verificable", después de que los primeros ministros de Londres y Dublín, Tony Blair y Bertie Ahern, respectivamente, anunciaran la devolución del autogobierno del Ulster para el próximo lunes, en el segundo aniversario del referéndum que puso en vigor el acuerdo de paz.

En aquella ocasión, el 71% de los votantes de Irlanda del Norte dijo sí a un acuerdo de paz que no logra avanzar y que tanto el IRA como el UUP intentan reescribir a su favor. Hoy, el 66% de los votantes unionistas, según un sondeo de la BBC, está a favor de que este partido vuelva a formar Gobierno con los partidos más votados, incluido el Sinn Fein. Una proporción mucho mayor que la de los delegados unionistas, hoy mayoritariamente en contra de proseguir el proceso de paz.

Éste vive tal vez su última oportunidad, según palabras de Adams, ante un IRA que no dudó en retirar su anterior oferta de desarme, en febrero, cuando Peter Mandelson suspendió los poderes recién concedidos a la provincia. "La iniciativa del IRA nos ofrece la oportunidad, tal vez la última oportunidad, de aplicar el Acuerdo de Viernes Santo", aseguró ayer Adams a través de las páginas de The Belfast Telegraph, horas antes del anuncio de Trimble. Gerry Adams urgía así a los unionistas a aprobar el regreso al Gobierno "con el resto de nosotros, trabajando como iguales para construir un nuevo futuro". Una oferta no muy acorde con los más duros del unionismo, que, como recuerda la prensa estos días, creen que "el único republicano bueno es el republicano muerto".

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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