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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Matar al mensajero

La muerte de Franco, en 1975, marcó el inicio de una época en la que la libertad de expresión estaba llamada a desempeñar un extraordinario papel en el desarrollo de la conciencia ciudadana y la tolerancia de la España democrática. El paso de la dictadura a la democracia significó para los medios de comunicación una bocanada de aire fresco, un notable incremento de la libertad de expresión después de tantos años de sumisión y temor. Ahora ya no se oye hablar de la libertad amenazada por la dictadura franquista, pero sí de la libertad o el pluralismo amenazados por una nueva especie de dictadura enmascarada, la del terrorismo de ETA. No debemos olvidar que la libertad de expresión es un derecho que sustenta y da sentido a la democracia. El terrorismo es una forma de violencia que se fundamenta en la fórmula de matar a uno para atemorizar a miles. Su objetivo no es vencer ni convencer, sino demostrar que no puede ser vencido, que es capaz de mantener indefinidamente la inquietud ciudadana, socavando así el crédito de las autoridades.Cuatro cobardes disparos por la espalda acabaron con la vida de José Luis López de Lacalle, colaborador del diario El Mundo y miembro fundador del Foro de Ermua. Fue el precio que tuvo que pagar por su probada independencia y su manifiesta posición crítica con el nacionalismo vasco. En el pasado ya había padecido en sus propias carnes la intransigencia del fascismo, ya que permaneció cinco años recluido en prisión por su militancia comunista y su abierta oposición al régimen franquista. Antes de asesinar a López de Lacalle, ETA ya había intentado atentar contra otros dos periodistas, Carlos Herrera y Jesús María Zuloaga. La organización terrorista, al atacar a aquellos que escriben o alzan la voz en su contra, demuestra una actitud totalmente fascista y antidemocrática.

Si la prensa es atacada, es porque es el reflejo y el motor de un cuerpo social vivo, de un país en marcha hacia la conquista de sus libertades y sus derechos. Lo que pretende ETA al asesinar a un periodista es acallar la voz del pueblo, anular a la oposición pública, cercenar la libertad de expresión, pero no lo va a conseguir, porque los ciudadanos de este país no van a consentir que la convivencia pacífica, el respeto a la vida, a la libertad y a los derechos humanos, sean pisoteados. Desde lo más profundo de nuestro corazón, con la firmeza de nuestras convicciones, debemos gritar: "¡ETA, basta ya!". Llenos de indignación y de solidaridad, en tan trágicos momentos, hemos de reconocer que cuando mataron a José Luis López de Lacalle en realidad todos morimos un poco.- . .

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