Sor Lucia y Nostradamus
Fue Lucia dos Santos, la mayor de los tres pastorcitos, la que fijó en unas memorias, redactadas entre 1941 y 1944, el contenido de las revelaciones de la Virgen en un documento que es una única y prolija premonición de tragedias en tres capítulos. Los dos primeros fueron revelados apenas transcritos por la religiosa en una prosa más que modesta, en 1941. Se refieren al anuncio de la muerte prematura de los dos hermanos Marto, y a la visión del infierno que la "hermosa Señora" ofreció a los pastorcillos. En la segunda parte del mensaje se hace referencia a la llegada del comunismo a Rusia, las persecuciones contra la Iglesia, los sufrimientos del Papa, la II Guerra Mundial y la conversión de Rusia.
El tercer capítulo ha sido hasta ahora un secreto guardado celosamente en un sobre lacrado, en el estudio privado del Pontífice. En 1957, la jerarquía portuguesa envió el documento a Roma. Pío XII ni siquiera abrió el sobre y lo depositó en los archivos. Juan XXIII sí lo leyó, pero no consideró oportuno hacerlo público.
Se dice, sin embargo, que la Santa Sede lo envió a las principales cancillerías occidentales en 1963 con ocasión de la crisis de los misiles en Cuba. En la abundante mitología que ha generado este misterio, que ha despertado un interés similar al de las profecías de Nostradamus, vale la pena recoger que en 1960 el diario alemán Neues Europe publicó un texto, bajo el título El porvenir de la Humanidad, asegurando que era el redactado por Lucia. El artículo, en un tono apocalíptico, preveía más o menos el fin del mundo en los términos más sobrecogedores, precedido por la escisión de la Iglesia católica.
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