Alcorcón deja "en suspenso" el museo de escultura al aire libre iniciado por los socialistas
Parada técnica o pulso para ver cómo evoluciona el mercado. Así ha calificado el equipo de gobierno de Alcorcón (144.000 habitantes), del PP, la decisión de dejar en suspenso la adquisición de nuevas obras para el museo de escultura contemporánea al aire libre. Esta iniciativa se puso en marcha hace año y medio por el anterior primer teniente de alcalde, el socialista Enrique Cascallana. El museo cuenta ya con obras de Miguel Moreno, Dennis Long y María Luisa Sanz. "Me parece un atropello para Alcorcón, máxime cuando carece de monumentos históricos", dice Cascallana.
El concejal de Cultura, Francisco José Torres, ha decidido acabar con "el despilfarro" y "la mala compra" que llevó a cabo, durante los últimos meses del anterior mandato, el primer teniente de alcalde. "Desde luego son de muy dudosa calidad y gusto las obras que se compraron en ese periodo. Se pidieron a gente que, dentro del panorama escultórico, no son grandes nombres o se les encargaron obras que no son las mejores de estos artistas", explica Torres. Excepciones, "las hay" y las admite, como la obra de Miguel Moreno, entre otras. Francisco José Torres también critica los 156 millones que se comprometió a pagar el anterior primer teniente de alcalde por las obras, cuya colocación le está tocando al actual equipo de gobierno. "Se compró sin ningún criterio y lo que se ha hecho ha sido tirar el dinero", señaló el edil.
Sin embargo, aún quedan piezas de personajes de renombre que serán instaladas en breve. Destacan un pórtico de más de nueve metros de altura de Rafael Canogar, uno de los escultores más prestigiosos del panorama artístico español. Esta pieza, de 14.000 kilos, se iba a instalar en un parque junto a los juzgados del municipio, en la calle de Carballino. El nuevo concejal de Cultura ha desechado esa ubicación y se llevará esta obra, de 25 millones, a la entrada del campus de la Universidad Rey Juan Carlos, en la zona del Parque Oeste. "Es un espacio cultural interesante y, junto con otras obras, crearemos un gran eje escultórico", señala el edil.
La acompañante de la obra de Canogar será una pieza de Luis Feito que se ubicará en la siguiente rotonda de acceso al campus universitario. Su primigenia ubicación en la avenida del Alcalde José Aranda no ha gustado a Torres. Esta obra ha costado a las arcas municipales 20,4 millones. Otro montaje que está pendiente de colocar es uno de Amadeo Gabino por el que se pagarán 26 millones. "Seguiremos en la línea de instalar más esculturas en rotondas o en lugares importantes", explica el edil de Cultura. El Ayuntamiento no ha aprobado en los presupuestos municipales ni una sola peseta para compra de esculturas.
"Ignorante de primera"
El portavoz del grupo socialista y anterior primer teniente de alcalde, Enrique Cascallana, ha acusado al concejal de Cultura de desconocer el panorama escultórico español. Asegura que el incipiente museo contaba con obras de artistas destacados y con obras diseñadas en exclusiva. "No sé qué pretenden con este parón del museo de escultura al aire libre. Me parece un atropello para la ciudad, máxime cuando Alcorcón carece de monumentos históricos", señala.
Cascallana recita casi de carrerilla los grandes nombres de las escultores de que puede presumir el municipio. "Decir que gente como Canogar, Amadeo Gabino o Luis Feito no son primeras filas es ser un ignorante de primera", explica.
Un grave problema del nuevo equipo de gobierno es la "prepotencia" con la que han cambiado la ubicación de las esculturas, según Cascallana. Éste recuerda que todos los artistas han visitado el municipio y han diseñado las obras según el espacio que se les había cedido. "Estos nuevos dirigentes se creen que las esculturas son como muebles. Me parece una actitud muy poco seria", comenta.
El parón en el museo también implica que se pierdan oportunidades de comprar obras únicas. La primera tenencia de alcaldía había iniciado conversaciones con otros dos grandes escultores españoles. Jorge Oteiza y Eduardo Chillida estaban en la cartera de Alcorcón y se habían apalabrado esculturas. "En un año se han cargado un labor de mucho tiempo. No se dan cuenta de que todo esto se decidió en pleno", concluye Cascallana; "ahora apostarán por el gusto anticuado de Madrid, donde las esculturas que se están poniendo nada tienen que ver con las tendencias actuales".
Los 300 millones que había previsto el anterior equipo de gobierno, y que iban a ser financiados en parte por empresas y grupos particulares, se han quedado reducidos a la mitad. Tampoco se bautizarán, al menos de momento, las plazas y las rotondas con los nombres de los artistas que hayan instalado sus esculturas. Más lejos queda aún la pretensión municipal de hacer rutas para ver todas las obras expuestas.
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