_
_
_
_

Algunos casos y cosas de algunas casas

-A un amigo mío le ofrecieron una casa con viejecito dentro.-¿Cómo?

-Lo que le estoy diciendo: que le vendían un piso con el viejecito dentro. Algo tremendo. Le vendían el piso a un precio más reducido, pero con habitante.

Cuenta María que es verdad. Que en unos casos se trata de ancianos que venden a condición de poder quedarse en la vivienda, y en otros, se trata de propietarios que lo venden con el inquilino dentro.

-Se anuncian así: "Pisos con inquilino mayor". Resulta más barato, pero es terrible. Yo no sé si hay alguien capaz de estar esperando a que se muera el viejecito, ¿no?

Buscar casa es, además, equivalente a un curso práctico de sociología. Se ve de todo. Y se aprende de todo. Ana lleva dos años buscando. A ella no le ofrecieron una vivienda con alguien dentro. Pero sí intentaron venderle un piso sin escrituras.

Más información
Hartos de buscar vivienda
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

-Me decían que no había problemas. Que me metiera en la casa y ya haríamos los papeles. Me parece que ni siquiera eran los dueños... Le digo yo que se ve gente muy rara en esto.

Se ve gente rara y casas raras. Y hasta milagrosas. Verdaderas maravillas que se convierten de la noche a la mañana en un desastre. Las agencias enseñan sus ofertas por ordenador. Fotos de brillantes colores. Luz adecuada. Perfecto.

-Me llamaron de la agencia para enseñarme un piso. Fue tremendo. Te tenías que duchar sentado. Y las puertas eran como las de los siete enanitos. Una buhardilla infame. Muy bonita, muy arregladita, pero, ya le digo, para que jugasen los niños a las casitas.

A Juan no le ocurrió lo que a Javier. Lo de éste fue peor.

-Maravillosa buhardilla, me dijeron. Tenía que haberlo sospechado porque el propietario me había advertido de que serían necesarios unos pequeños arreglos. Total, que llegamos, abrió la puerta con esfuerzo -"cepillándola un poco, como nueva", me comentó- y encendió el mechero -"es que no hay luz", me dijo-. Y añadió: "Cuidado donde pisa que hay un agujero, no se vaya a caer". Aquello era para verlo. Una ruina.

No son éstas, a lo que parece, ninguna de las 421 viviendas que por un importe de 254 millones se calificaron de media en 1998 para rehabilitar. Y eso que la cifra va ascendiendo, porque de 68 viviendas calificadas de media en 1994 se ha pasado en junio de 1999 a 827, con un presupuesto de 330 millones de pesetas.

La busca es siempre una carrera contra reloj. Pero da lo mismo.

-Hoy he ido a ver el piso. Lo habían anunciado ayer. Estaba bien de precio. O, por lo menos, era asequible. Pero cuando he llegado a la dirección era demasiado tarde. Ya tenían dos ofertas. Una desesperación.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_