Los rebeldes filipinos secuestran a 11 periodistas extranjeros y retienen a la alemana enferma
Los reporteros se adentraron en la selva para cubrir el fin del cautiverio de Renate Wallert
Un grupo de 11 periodistas, 10 franceses y alemanes y uno filipino, desaparecieron ayer en la isla de Joló, según fuentes de la policía local. Los informadores cubrían la anunciada liberación -que no llegó a producirse- de la alemana Renate Wallert, miembro del grupo de 21 rehenes en manos del grupo musulmán Abu Sayyaf, que los secuestró el pasado 23 de abril en la isla malasia de Sipadan, y que se encuentra gravemente enferma. El plazo para la entrega de Wallert, que lleva 21 días de cautiverio y cuyo estado de salud empeora por momentos, vencía ayer, como en jornadas anteriores, en las últimas horas antes del ocaso, pero sus captores hicieron saber que "no han llegado a una decisión colectiva" sobre la misma.La entrega de una lista de peticiones por parte de Abu Sayyaf, entre ellas la de la liberación de la familia del dirigente del grupo Gadafi Janjalani, secuestrada el 19 de marzo por unos vigilantes que luchan contra las guerrillas musulmanas, abre una nueva vía para la puesta en libertad de los 21 rehenes.
El portavoz del Comando Sur del Ejército, coronel Hilario Atendido, dijo que la desaparición de los periodistas se produjo a primera hora de la tarde, cuando éstos rebasaron la zona de seguridad establecida y se adentraron en la selva; se dijo a la espera de confirmar su paradero, y rehusó comentar la posibilidad de que hayan sido secuestrados.
Los periodistas fueron vistos por última vez cerca de la ciudad de Patikul, a unos diez kilómetros de Joló, capital de la isla del mismo nombre, según aseguró el director de la policía local, superintendente Cándido Casimiro. Éste relató que los informadores alquilaron un jeepney (jeep) de la Segunda Guerra Mundial acondicionado como microbús, transporte muy popular en Filipinas, y en Patikul pidieron al conductor que volviera a Joló con el vehículo. Casimiro tuvo conocimiento del viaje porque fue informado del mismo por Ricky Álvarez, el periodista filipino que lo organizó a cambio de una cantidad, no revelada, de dinero. También dijo que preguntó a Álvarez, que trabaja para las emisoras Manila Broadcasting Company, si tenía familia, y ante su respuesta afirmativa le aconsejó que no hiciera peligrar su vida.
Se desconoce la identidad del resto de los periodistas, algunos de los cuales fueron requeridos por la policía el pasado jueves, cuando rebasaron la zona de seguridad para ir a bañarse a la playa. La pronta oscuridad en Joló y los problemas de cobertura de los teléfonos móviles dificultaban ayer las labores para intentar localizarles.
Fuentes oficiosas no descartaban que los periodistas hubieran podido ponerse en contacto con Abu Sayyaf, aunque rehusaban hablar, por el momento, de secuestro.En caso de haberse producido elevaría a 32 el número de rehenes en poder de este grupo musulmán.Tanto Muhamad Nur Ajihil, portavoz del negociador filipino Nur Misuari, como Ustadz Shariff Julabbi, portavoz del Frente Moro de Liberación Islámico, señalaron que desconocían la desaparición de los informadores.
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