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Las fuerzas de la ONU se preparan para defender Freetown ante el acoso rebelde

Los rebeldes de Sierra Leona se encuentran a pocos kilómetros de la capital. Ése era el testimonio de miles de civiles que ayer emprendieron el éxodo hacia Freetown, huyendo del avance del Frente Revolucionario Unido (RUF). Acosada por los rebeldes y tras el secuestro de 500 de sus cascos azules, la ONU reconoció ayer que se está preparando para una "batalla campal" en defensa de la capital, donde ayer se replegaban sus fuerzas. Horas antes, habían mantenido duros combates a sólo 60 kilómetros de allí, según portavoces de la misión pacificadora de la ONU en Sierra Leona (Unamsil).

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Los cascos azules "se preparan para una batalla" en Freetown, declaró ayer en Nueva York el portavoz de la ONU, Fred Eckhard. Éste informó de que en las últimas horas se han detectado movimientos de tropas del RUF (en sus siglas en inglés) y del Gobierno, lo que hace suponer un próximo enfrentamiento. Eckhard dijo no querer "entrar en detalles", pero añadió. "Espero que no se llegue al extremo de que haya una batalla campal, pero de hecho nos estamos preparando para una". Los preparativos, dijo, tienen carácter defensivo. "Los soldados de mantenimiento de la paz no son una fuerza de combate. No están organizados para combatir. Están instalándose en sus posiciones, en situación de defensa, anticipándose a lo peor", declaró Eckhard. Las agencias de la ONU pusieron en marcha ayer una "misión de urgencia" para evaluar el número de civiles que huyen hacia Freetown, aunque a partir de ahora no facilitarán informaciones militares.

Las calles de la capital eran patrulladas ayer por los cascos azules y las guerrillas progubernamentales ante un eventual ataque del RUF. Rusia, por su parte, anunció el envío de cuatro helicópteros de transporte de tropas y de 106 soldados a Sierra Leona en respuesta a una petición de la ONU. Un capitán ruso se encuentra entre los rehenes detenidos por el RUF.

Aterrorizados

Fuentes militares y los propios civiles que huyen de las zonas de combate declararon ayer que los rebeldes del RUF, que avanzan en clara violación de los acuerdos de paz de 1999, han alcanzado el cruce de Mokolo, a unos 20 kilómetros de la capital. Muchos sierraleoneses están aterrorizados de los rebeldes dirigidos por Foday Sankoh y sus aliados, conocidos por amputar brazos y piernas a los civiles indefensos durante los peores momentos de la guerra civil. "Debo irme", decía ayer a la agencia Reuters Mofse Johnson. Había huido hacia Freetown después de escuchar disparos en la mañana de ayer.

Por tercer día consecutivo, miles de hombres, mujeres y niños se dirigían a la capital, a pie o, los más afortunados, en vehículos atestados de gente. Aunque la misión de la ONU aún no había contabilizado ayer a los huidos, un oficial del Ejército declaró por la tarde a France Presse que al menos 10.000 personas habían pasado por su control desde el inicio de este éxodo. Seis campamentos están preparados alrededor de Freetown para acoger a los desplazados, según una agencia humanitaria de la ONU.

Cascos azules nigerianos, miembros de la fuerza de la ONU, controlaban un puesto en Dui, a unos 16 kilómetros de Freetown, y paraban a los que intentaban salir del entorno de la capital. Esto incluía, inicialmente, a miembros del Ejército de Sierra Leona. "La situación es muy tensa", declaró el capitán Amadou Sesay, miembro del Ejército. "No sabemos por qué la Unamsil no nos deja a los soldados ir al frente de guerra".

Los cascos azules abandonaron el lunes la ciudad de Masiaka, a 56 kilómetros al este de la capital, después de intercambiar disparos con los grupos rebeldes y quedarse sin municiones. La noticia de la toma de esa localidad por los milicianos hizo cundir el pánico en la capital.

Ayer, no obstante, el Ejército recuperó esa ciudad en una ofensiva que causó la muerte a 20rebeldes, según anunció oficialmente Johnny Paul Koroma, antiguo aliado de Foday Sankoh antes de la firma de los acuerdos de paz en Lomé, en julio de 1999. Durante la noche del martes, la Unamsil fue de nuevo el objeto de disparos en Waterloo, a unos 30 kilómetros al este de la capital.

El jefe de operaciones de mantenimiento de la paz en la ONU, Bernard Miyet, debía realizar ayer una gira de inspección para evaluar su situación en el país.

Los rebeldes de Sankoh atacaron a las fuerzas de la ONU el 2 y el 3 de mayo tras una disputa sobre el desarme, un punto clave del acuerdo de paz que él mismo y el presidente Ahmad Tejan Kabbah firmaron en julio en la capital de Togo. Al menos dos cascos azules desaparecieron y posiblemente estén muertos, como ha reconocido la ONU, después de los enfrentamientos de la semana pasada. Los rebeldes consiguieron también capturar a 500cascos azules como rehenes. Más de 400 de ellos son miembros del contingente de Zambia.

Los líderes regionales de África Occidental se reunieron el martes en Nigeria y pidieron al Consejo de Seguridad de la ONU que cambie el mandato de la misión para permitir a los 8.700 soldados de la ONU atacar a los rebeldes.

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