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Entrevista:PETER GABRIEL - MÚSICO

"El movimiento me da ideas"

Peter Gabriel está muy cambiado. Después de ocho años de silencio discográfico y sólo puntuales y muy contadas apariciones en público, el autor de discos como Passion, Us o la banda sonora de La última tentación de Cristo ha enterrado, en su aspecto, al audaz y flexible histrión maquillado de sus tiempos como cantante del histórico grupo Genesis. Ahora, a sus 50 años, ha subido bastante de peso, se ha rapado el poco pelo que le queda y luce una barbita de candado. Sólo el brillo inquieto e inteligente de sus ojos azules recuerda que estamos ante uno de los más innovadores artistas de las últimas décadas. Gabriel reaparece ahora con un disco y un espectáculo en el Millennium Dome de Londres. Un espectáculo multimedia del que, en realidad, no se siente muy satisfecho. "Un amigo me dijo que era el proyecto menos exitoso de mi carrera", bromeaba ayer. Sin embargo, está dispuesto a defender el disco, la banda sonora de este OVO The millennium show, que saldrá a la venta el 5 de junio.Pregunta. Se trata de un disco y de un espectáculo encargados para esta gigantesca carpa construida para celebrar el nuevo milenio. ¿Cómo decidió meterse en un proyecto como éste?

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Respuesta. Me lo propusieron en 1997, un momento en que el proyecto del Dome ya se había hecho impopular. Yo sabía que me ofrecían una patata caliente, pero ése era uno de los atractivos. No quedaba mucho tiempo para realizarlo, y si yo lo rechazaba no iban a poder ofrecérselo a otro. Así que tuvimos la oportunidad de trabajar con toda libertad en ese enorme campo de juegos experimental y el presupuesto para hacerlo. Hay una diferencia entre la música escrita para el espectáculo y lo que sale ahora en disco.

P. Es usted bastante crítico con el proyecto.

R. Pienso que el espectáculo funciona, pero en este país se ha convertido en el menos popular de mi carrera. Entre otras cosas, porque los directores de los principales periódicos se quedaron atrapados en el metro la noche de fin de año, cuando se dirigían a la fiesta de inauguración.

P. ¿Podría compararse el trabajo que ha hecho para OVO a aquel que hizo con Passion?

R. Hay algunas similitudes, en particular en la mezcla de sonidos tradicionales y modernos, ecos de oriente y occidente. Pero en este trabajo he tomado como referencia antiguos modelos del folclor inglés, y pequeñas muestras de África, Amazonia u otros, además de una versión más contemporánea con elementos africanos, caribeños o australianos.

P. La obra está dividida en tres partes, que representan el pasado, el presente y el futuro. Usted parece haber disfrutado más al componer la música del pasado que la del futuro.

R. Estuve pensando en la mezcla de la tecnología y la artesanía, que son los puntos en los que se apoyan los instrumentos. La parte táctil de la interpretación y lo que es la programación de sonidos. Pero si hubieras preguntado a alguien en los años cincuenta cómo imaginaba la música de fin de siglo creo que habría propuesto algo parecido a lo que escuchaba por la radio, algo con guitarras, bajo, batería y teclados. El futuro suele parecerse más al pasado de lo que imaginamos. De niño yo tenía dos referencias del futuro: 1984, por Orwell, y 2001, por el filme de Kubrick. Las cosas han cambiado, pero no se parecen a lo que yo esperaba.

P. Hace dos años, un periodista español que visitaba su estudio de grabación en Bath, se encontró de pronto solo ante una copia de su nuevo y esperado álbum, que hasta ahora no ha visto la luz. Mi colega no lo robó, aunque se sintió tentado de hacerlo. ¿Por qué ha aplazado usted la publicación de ese disco?

R. No estaba terminado del todo, aunque tengo ya mucho material. Iba a terminarlo y me ofrecieron este proyecto, que supuestamente iba a durar sólo seis meses. Han sido dos años y ha ocupado por completo dos estudios.

P. ¿Pero qué ha estado usted haciendo durante estos últimos ocho años?

R. He estado haciendo música, pero a veces terminar las canciones, escribir las letras, es la parte difícil. Tengo 30 ideas nuevas, pero lo difícil es acabar de darles forma. Ahora presento este disco, pero pronto podré sacar el anterior, y hasta un tercero. Y es que, además, lo que quería era vivir mi vida y salir de la dinámica de álbum-gira-álbum-gira. Me he dedicado a jugar un poco y a aprender de las posibilidades del multimedia. Me gusta compartir ideas y hacer brainstorms con otra gente de distintas culturas. Hay que tomarse un poco de tiempo para alimentarse bien, si quieres mejorar la calidad de tu mierda.

P. ¿Es o no es éste el nuevo disco de Peter Gabriel?

R. Es y no es, a la vez. Lo que me gusta en éste es que no soy yo el que canta, salvo algún tema, sino otros artistas como Iarla Ö Lionáird, de Afrocelt Sound System, Elisabeth Fraser, de Massive Attack, y Neneh Cherry.P. ¿Tiene este proyecto algo que ver con esa especie de parque temático multimedia que pensaba hacer en Barcelona?

R. Sí, creo que de alguna manera están relacionados, porque lo de Barcelona sigue siendo una fantasía para mí. Lo que hice con el CD-ROM multimedia apuntaba ya en esa dirección. El del Dome incluye también artistas de diferentes disciplinas. Son pequeños pasos en la misma dirección. No he renunciado a ese sueño.

P. Tiene un fantástico estudio de grabación, pero parece que le hace falta viajar o cambiar de sitio para crear.

R. Sí, sobre todo para escribir las letras. Y tengo una teoría al respecto. Al menos yo, escribo mejor cuando estoy en un medio de transporte. Es como si ver el paisaje que pasa a velocidad por la ventana, en un coche o en un tren, abriera en mi mente un espacio distinto. Tal vez sea algo instintivo que nos hace estar más alerta, y por eso siento que cuando estoy en movimiento tengo más ideas. Lo mismo para el silencio y el ruido. En el proyecto que tengo para Barcelona está una discoteca con la música a mucho volumen y en el centro una especie de capilla-burbuja transparente de silencio.

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